El templete de Antonio Palacios vuelve a la Red de San Luis 100 años después

Metro repondrá en Gran Vía una réplica del original que se instaló en noviembre de 1920

Sara Medialdea

En una sana combinación de modernidad y respeto por la historia, Metro de Madrid ejecuta en la actualidad obras de mejoras en la estación de Gran Vía, que renovarán y ampliarán vestíbulos y escaleras, y que a la vez recuperarán, para disfrute de los usuarios , una réplica del templete que Antonio Palacios diseñó para ese punto, la Red de San Luis, y que se inauguró en 1920 . Cien años después, anuncia que la instalación volverá a su ubicación, de donde se retiró en 1970.

El templete original, una vez eliminado de la Gran Vía, fue enviado por el Ayuntamiento madrileño a la localidad de origen de su autor, Porriño . Y allí continúa, para orgullo de sus vecinos, que no han querido desprenderse de ella para que vuelva a Madrid. Es por ello que Metro decidió realizar una réplica exacta del templete que hace ya cien años levantó Palacios.

En verano de 2021

La idea es incorporar esta instalación cuando finalicen las obras que ahora se llevan a cabo en la estación de Gran Vía, con un presupuesto de 10,5 millones de euros , para añadir seis tramos de escaleras mecánicas e instalar cuatro nuevos ascensores que conectarán el vestíbulo de la estación con los distintos andenes de las líneas 1 y 5 y con el pasillo de conexión con Cercanías, además de con la calle.

Desmontaje del templete original, en 1970 MANUEL SANZ BERMEJO

Según los datos de Metro, las obras están ya en ejecución y está previsto que finalicen en julio de 2021. Para el próximo verano, el templete estaría ya en la antigua Red de San Luis , con un aspecto muy similar al que tuvo en su día, aunque incorporando novedades.

La instalación se colocará donde estuvo el anterior: en el amplio cruce entre las calles Montera y Gran Vía. En su día, Antonio Palacios la proyectó con un fin eminentemente práctico : era el punto de acceso de la estación de Gran Vía, que se situaba 20 metros por debajo del nivel de la superficie. Desde allí, se podía utilizar el ascensor –abonando una cantidad de 5 céntimos – o, si no, existía la opción de bajar gratis por las escaleras.

Pero más allá de su utilización práctica, Palacios no obvió la estética, y fue capaz de diseñar un elemento hecho con granito y techado con una gran marquesina de hierro y cristal que le dio su característico aspecto.

En la empresa pública del suburbano madrileño, que preside el consejero de Transportes, Ángel Garrido , han investigado cómo fue en su origen este elemento arquitectónico. La réplica sigue ese diseño inicial: se reproducirán las espectaculares proporciones de la marquesina, de vidrio y acero y completamente translúcida. Y se propone un ascensor exento que flote en el interior del monumento, para lo cual el cerramiento superior y lateral del templete dejará pasar la luz natural.

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