Madrid ultima un plan de riesgos radiológicos ante escapes, caída de satélites o actos terroristas

El Gobierno regional redacta una normativa que entrará en vigor en seis u ocho meses

Un agente con un traje NRBQ (NuclearBacteriológico Químico), durante un simulacro EFE

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La región no está libre de sufrir un riesgo radiológico ; puede venir por una instalación existente, por una vía no regulada, e incluso puede caer del espacio, como componente de un satélite. Eso, sin contar las acciones criminales. Para estar preparados ante cualquier eventualidad, y tener previsto cómo actuar y con qué efectivos, el Gobierno regional ha elaborado un Plan Especial de Protección de Riesgo Radiológico, que está en periodo de audiencia e información pública.

El Plan se aplicará para dar respuesta a emergencias radiológicas que se produzcan por actividades o instalaciones que utilizan habitualmente sustancias nucleares o radiactivas, por accidentes en otras instalaciones, o por sucesos excepcionales que tengan que ver con «actividades ilícitas cuya intención es provocar daño a las personas o los bienes».

Carga y descarga

El riesgo radiológico podría llegar a la Comunidad de Madrid por varias vías, según se refleja en el texto de la normativa en elaboración. Por ejemplo, puede llegar de instalaciones reguladas , que pueden ser tanto nucleares -como el CIEMAT- como radiactivas, de las que hay en la región de segunda y tercera categoría -las que manipulan o almacenan elementos radiactivos para fines médicos, científicos, agrícolas, comerciales o industriales-.

Pero también puede venir el peligro de instalaciones no reguladas, como podrían ser el aeropuerto Adolfo Suárez-Barajas , o las aduanas de Coslada o de Abroñigal -donde se trabaja con cargas y descargas de mercancías peligrosas-. O de las llamadas «fuentes huérfanas»: aquellas con material radiactivo que se encuentran en situación irregular, o abandonadas en la calle o en instalaciones no autorizadas o que han perdido las condiciones de seguridad.

Caer del cielo

Claro que el riesgo radiológico también puede venir por otras vías, como recoge el plan regional: por ejemplo, de un acto delictivo, como robos de equipos de material radiactivo, explosiones de «bombas sucias» -que combinan explosivo convencional y radiactivo-, o por otras actividades criminales como terrorismo o contaminación del agua o de alimentos básicos. La radictividad podría llegar a la región, por último, a través de productos contaminados o por la llegada de una nube radiactiva . O caer directamente del cielo: procedente de algún artefacto procedente del espacio, como un satélite con piezas con material radiológico, como unidades de calentamiento y generadores termoeléctricos.

Este será el primer plan de emergencias radiológicas de la Comunidad de Madrid, y se ajusta a la normativa nacional de Protección Civil, que marca que en ocasión de riesgos especiales, como los biológicos, radiológicos, u otros, las autonomías cuenten con planes específicos, explica Carmen Martín , subdirectora de Coordinación Operativa de la consejería de Presidencia.

Año y medio de redacción

El Gobierno regional lleva trabajando en ello alrededor de un año y medio, y ahora acaba de publicar el texto del plan en el Portal de Transparencia , para que los ciudadanos o instituciones puedan hacer las alegaciones que consideren.

«Lo que hace el plan es organizar qué hacer en caso de que se produzca un accidente de este tipo, con una fuente radiactiva», explica. El riesgo, afirma, existe desde el momento en que en la región hay instalaciones que trabajan con materiales radiactivos , además de los hospitales que cuentan con instalaciones de Rayos X o Medicina Nuclear, así como determinadas industrias.

«El plan determina, en función de la gravedad del incidente, qué recursos se activarán y quiénes se ocuparán de las tareas en los distintos cuerpos»

«El plan lo que determina es, en función de la gravedad del incidente, qué recursos se activarán y quiénes se ocuparán de las tareas en los distintos cuerpos: Policía, Bomberos, servicios sanitarios ...», indica Martín. Nada de esto puede quedar a la improvisación: todas las posibilidades deben estar previstas para el caso en que se diera un hipotético accidente o emergencia radiológica. La idea es que todo el mundo sepa quién tiene que estar y dónde cuando ocurra. El texto normativo está ya redactado, pero todavía no ha terminado su tramitación; para ello calculan en la consejería que aún faltan «entre seis y ocho meses» hasta su entrada en vigor definitiva.

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