Incendio en Cadalso

«Cuando nos dimos cuenta, teníamos el fuego delante y no se podía respirar»

Los vecinos relatan el miedo vivido tras propagarse las llamas hasta sus casas. Los Bomberos esperan que el siniestro pueda ser controlado a lo largo de este martes

Un helicóptero de rescate recoge agua de la piscina de Cadalso FOTOS: GUILLERMO NAVARRO
Aitor Santos Moya

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La Guardia Civil cortó ayer todos los accesos (salvo el de Sotillo de la Adrada) a Cenicientos. Fue en este escarpado municipio donde el grueso de los efectivos concentraron sus esfuerzos para atajar un fuego que en solo tres días ha calcinado casi 3.300 hectáreas (2.500 dentro de la Comunidad de Madrid), en el peor incendio del siglo ocurrido en la región. Aunque al cierre de esta edición las llamas no estaban controladas, pero sí «contenidas» y sin avance , la previsión es que sea hoy cuando queden dominadas por completo.

Mientras la batalla continúa librándose en el monte , los vecinos de Cadalso de los Vidrios (la otra localidad madrileña afectada) y Cenicientos que fueron desalojados buscan recuperar la normalidad. No será fácil. Así lo confirmaba ayer Pilar, quien la madrugada del sábado tuvo que refugiarse junto a sus padres en la cercana localidad de San Martín de Valdeiglesias. «El viernes por la tarde venía desde Madrid en coche y vi una columna de humo por la zona de Almorox (Toledo)», relataba, sin saber aún lo que se avecinaba: «Dos horas después, teníamos el fuego en la casa de enfrente».

Terrenos quemados por el incendio

Las rachas irregulares del viento desataron una oleada de caos en el que nadie estaba a salvo. «Había mucho humo y no se podía respirar. Así que vinieron a desalojarnos y fuimos al piso de mi hermano, que vive en el centro del pueblo», resumía Pilar, cuyo desesperado tránsito acabó con toda su familia en el polideportivo de San Martín cuando las autoridades recomendaron a todos los vecinos de Cadalso abandonar sus domicilios . Las urbanizaciones más perjudicadas fueron las de El Bosque, Las Sillas y Entrepinos, el primer día; y La Castellana, el camping y parte del Piquillo, el segundo.

Los afectados llegaron a ver cómo pequeñas bolas de fuego caían sobre las terrazas de algunas residencias. Pese a que la primera noche, cerca de 200 personas se concentraron en el polideportivo, la gran mayoría optó por marcharse a casas de familiares o amigos e, incluso, permanecer en las suyas. «Decidimos quedarnos porque con la maleza que hay en el chalé de al lado, temíamos que se nos quemara la casa», advertían indignadas dos mujeres, sin ganas de identificarse: «Estuvimos toda la noche con cubos de agua para evitar que se calentara el terreno».

Una peligrosa resistencia que los padres de Mila, en cambio, descartaron de inmediato: «Yo vivo en San Martín y vinieron aquí a pasar la noche», apuntaba su hija, a las puertas de la piscina de Cadalso. Allí, los helicópteros de rescate no pararon de recoger agua durante todo el día. Numerosos profesionales acudieron también a recoger bebidas y alimentos, donados por el Ayuntamiento y gran parte del vecindario. «Ha habida una ola de solidaridad tremenda; vecinos y comerciantes de otros pueblos se han acercado para traer provisiones», contaban los congregados. Desde el punto de vista agrícola, todavía es pronto para valorar los daños en una zona dedicada al cultivo de uva y, en menor medida, al de aceituna.

Ángel López, padre de Mila, tuvo que dejar su casa junto a su mujer y su otro hijo

Cumplidos tres días de lucha denodada, el voraz incendio encaró ayer su recta final, después de que el Gobierno regional rebajara a primera hora el nivel del plan de emergencias contra al fuego (Infoma), de 2 al 1 , manteniendo el número de efectivos aéreos y terrestres que lo combatían (490).

Dividido en dos frentes principales o focos (por las fuertes rachas de viento), el del este, situado entre Cadalso y Villa del Prado, fue contenido el domingo. Mientras, el que seguía preocupando ayer era del oeste , el de Cenicientos y su Peña, que presentaba puntos bastante activos. «Nuestro objetivo es sofocar esos puntos para estabilizarlo», manifestaba por la mañana el director de la Agencia de Seguridad y Emergencias, Carlos Novillo.

Al final de la jornada, el balance fue optimista debido a que la situación en el flanco oeste mejoró. El Ayuntamiento de Cenicientos confirmó la estabilización del fuego ; si bien, los trabajos para apagar los pequeños focos continuaron durante toda la noche a fin de dar por controlado el siniestro. Ante la buena evolución del incendio -ayudado porque las fuertes y cambiantes rachas de viento descendieron hasta los 10 km/hora-, se rebajó el número de efectivos a 350. Su extinción tardará varios días.

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