Hallan el cadáver de una mujer que llevaba muerta dos años y medio en su casa

Vivía sola y estaba en su domicilio de Valdilecha. Tenía 51 años y pereció por causas naturales

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Angela tenía 51 años, no se llevaba bien con su familia y en los últimos tiempos su relación con los vecinos era escasa y conflictiva. A finales de 2013 o principios de 2014 los habitantes de Valdilecha, el pequeño municipio en donde residía, situado en sureste de la región, le perdieron la pista. Y hace justo una semana, hallaron su cadáver. Estaba en su casa, sobre el sofá, en avanzado estado de descomposición. No tenía signos de violencia y murió por causas naturales, tal y como confirmó la autopsia que se le realizó posteriormente. Así lo aseguran fuentes judiciales y de la Comandancia de la Guardia Civil.

«Pensamos que se habría mudado o marchado a su pueblo de Carabaña, de donde llegó siete u ocho años antes de que dejaran de verla», comentaban ayer varios lugareños de esta localidad de 2.500 habitantes, aún con el susto y los escalofríos recorriéndoles todo el cuerpo.

Angela vivía sola y nadie la había echado de menos..., aparentemente. Sus familiares sí habían denunciado su desaparición. A pesar de todo, eran muchos meses sin saber nada de ella. Por ello, el pasado 16 de marzo, agentes de la Guardia Civil del puesto de Campo Real, a requerimiento de la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Arganda del Rey, se presentaron en el pueblo, ante la sospecha de que pudiera estar en su casa.

Iban a proceder a la entrada y registro del inmueble, situado en la calle de la Ronda, pero no hizo falta. Bastó con desmontar la mirilla de la puerta para observar desde la entrada a una persona echada sobre el sofá. No había duda. Era Angela.

La misma mujer de 51 años a la que llevaban sin ver la friolera de dos años y medio, los mismos que había pasado dentro de su casa sin que nadie se extrañara por su ausencia o la echara de menos en el pueblo.

La sorpresa y la consternación sacudieron el municipio de la Comarca de las Vegas. «La conocía todo el mundo. Llegó vendiendo pisos para una inmobiliaria y se quedó a vivir en uno de ellos. Era rara, parecía que no estaba muy bien de la cabeza. La dejamos de ver pero no nos extrañó que se fuera sin decir adiós».

Ver los comentarios