Ángel Garrido y Cristina Cifuentes conversan en la Asamblea
Ángel Garrido y Cristina Cifuentes conversan en la Asamblea - IGNACIO GIL

Desolación en el PP: «Lo de Nacho es un mazazo todavía más duro que lo de Paco Granados»

El partido está conmocionado por el arresto de su exlíder. La dirección defiende la «audacia» de Cifuentes por denunciar

Madrid Actualizado: Guardar
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Aires fúnebres en el PP de la Asamblea de Madrid. La detención del expresidente autonómico Ignacio González cayó como un meteorito en el grupo popular, conmocionado por el escándalo de corrupción de quien fue su jefe de filas hasta hace dos años. González durmió en el calabozo y el PP madrileño despertó en su particular pesadilla judicial. El hecho, además, de que la redada contra su exlíder fuera resultado de una denuncia del equipo de Cristina Cifuentes llevó a los populares madrileños directos al diván.

En medio de la desolación general, la dirección del partido reivindicó la audacia de la presidenta madrileña de llevar ante la Fiscalía sus sospechas sobre la gestión de su antecesor. Pese a todo, Cifuentes siente que sale fortalecida.

«Ha dado ejemplo de transparencia, regeneración democrática y valentía», señaló su portavoz de grupo, Enrique Ossorio. El suyo fue un trago amargo. Exconsejero de Economía y Hacienda con González, y como tal miembro del consejo del Canal Gestión en la etapa que está en el foco del juez, Ossorio se sinceró a la prensa antes de entrar al hemiciclo. «Nunca pensé que podía pasar esto. Había rumores pero no les di crédito. Sinceramente, mentiría si dijera que no trabajé bien con él», dijo apesadumbrado.

Justo antes, un consejero de Cifuentes se encogía de hombros: «Toca seguir trabajando. No hay más remedio». Pero lo cierto es que en el círculo de la presidenta se es consciente de que dentro del PP «habrá quien no entienda bien» la decisión de haber denunciado ante la Fiscalía las sospechas de corrupción en el Canal. Aunque lo justifican como un deber inexcusable. «Esto es muy desagradable para todos, sobre todo para Cristina, pero es lo que había que hacer», señala un hombre de confianza de la presidenta, que recuerda que el Gobierno hubiera incurrido en un delito de ocultación. «No hay nada que explicar», zanjó un alto cargo del Gobierno y del PP. «Era cuestión de autodefensa», resumió un veterano de retirada en la Cámara. Otro hombre de Cifuentes, en cambio, reconocía: «Habrá que hacer pedagogía entre los nuestros».

Esa bipolaridad se instaló en la mayoría de los diputados populares, que se debatían ayer entre la incredulidad, el bochorno y la resignación, pero también hubo quien hizo leña del árbol caído. «Estamos desfondados. Te levantas de un palo y te viene otro, y otro, y otro... Crees que te recuperas después de lo de Paco (Granados, en prisión provisional desde 2014 acusado de liderar la Púnica)... Pero esto ha sido muy duro», señaló a este diario un alcalde popular. Ese diagnóstico fue común: «Esto de Nacho es un mazazo todavía más duro que lo de Paco. Piensa que era el presidente, no solo secretario general del partido. Él lo era todo, con Esperanza (Aguirre) y después. Digamos que llueve sobre mojado, pero ahora el agua cala más», señaló gráficamente otro alto cargo regional. La preocupación ensombreció los rostros de quienes compartieron la época de Gobierno con González. Hubo entre sus exconsejeros –María Isabel Mariño, Jesús Fermosell, Gádor Ongil, Regina Plañiol– quienes preguntaban directamente a los periodistas sobre noticias frescas. «¿Se sabe algo más de Nacho?»

En los escaños del PP se escrutaban los artículos de los medios digitales que iban saliendo sobre la operación Lezo. Algunos siguieron, casi en directo, la declaración como testigo de Esperanza Aguirre ante el tribunal de la Gürtel. Y su quebranto.

Críticas de la oposición

Aunque el PP evitó que la oposición convirtiera la jornada en un monográfico sobre el arresto de González, las críticas sobre el partido de Cifuentes coparon el Pleno y Podemos pidió su comparecencia en la comisión de corrupción. «No puede de ninguna manera atribuirse el mérito de haber destapado nada», dijo en los pasillos la portavoz morada, Lorena Ruiz Huertas, que insistió en que su partido estudia presentar una moción de censura.

Los socialistas ofrecieron su alternativa de gobierno. «Existe una corrupción tan ínsita que va a ser difícil que el PP de Marid regenere al PP de Madrid», zanjó el portavoz del PSOE, Ángel Gabilondo. Pero Ciudadanos descartó derrocar al PP en la Comunidad de Madrid, aunque su líder fue muy duro con el partido que soporta: «Si algún día, que espero que sea pronto, hay un presidente del Gobierno de Ciudadanos y se lo lleva la Guardia Civil detenido por ser el responsable de una organización criminal, les aseguro que al día siguiente yo no estoy aquí, por vergüenza torera y por dignidad política», señaló Ignacio Aguado.

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