Los padres de Andrea piden en el juzgado que le suspendan su alimentación

Hoy es un día decisivo para Andrea. Un médico forense la ha examinado en su habitación del hospital donde lleva ingresada cuatro meses. Es un profesional que viene con un encargo muy concreto. Le manda el juez que debe decidir sobre la vida de la niña. Quiere saber si la enfermedad de Andrea está en fase terminal y si el tratamiento que le dan sus médicos es desproporcionado y le produce dolores. Es lo que afirman sus padres, que Andrea sufre, que lo mejor para ella es que le retiren la sonda alimentaria que la mantiene con vida y que la seden para que pueda morir sin padecer.  Por su parte, el hospital se niega ya que consideran que la niña no está en fase terminal y que quitarle la sonda alimentaria sería practicarle la eutanasia. Por eso el juez le ha pedido al centro que le mande el historial clínico de la niña, el informe del comité de ética, que le da la razón a los padres, y que argumente por qué no quiere desconectar la sonda de Andrea.  Es lo que desea la familia, poder centrarse en todo lo bueno de la niña.