En el centro, el todavía portavoz nacional del BNG, Xavier Vence
En el centro, el todavía portavoz nacional del BNG, Xavier Vence - EFE

Xavier Vence se apartará del liderazgo del BNG en la Asamblea de febrero

Los nacionalistas se reunirán para pilotar un momento «crucial y crítico» en su historia

SANTIAGO Actualizado: Guardar
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Es tiempo de reflexión en un nacionalismo gallego herido tras el estrepitoso fracaso electoral del 20-D. El Consello Nacional celebrado ayer, máximo órgano de dirección entre Asambleas, tenía como objetivo convocar el siguiente cónclave de la organización y empezar a definir el rumbo que bien servirá para seguir capeando una de las mayores crisis de su historia, o bien lo hundirá de modo definitivo en las elecciones autonómicas previstas para después del próximo verano.

Se abre en estos momentos un abanico de escenarios para el Bloque, que van desde el inmovilismo hasta la refundación del partido, pasando por la integración en eltótum revolútum de la izquierda radical gallega de las Mareas, que le han comido en las últimas citas electorales el espacio tradicional de votantes

del nacionalismo y reducido su presencia institucional hasta la mínima expresión en las ciudades y en las Cortes generales.

Del Consello de ayer trascendía apenas la fecha de la Asamblea, que se celebrará el próximo 28 de febrero, y la intención de renovación de todos la directiva nacionalista, «a todos los niveles». Esto implica también un cambio de cara al frente de la portavocía nacional. Pese a que el actual inquilino del cargo, Xavier Vence, no quiso explicitar la frase en ningún momento, insistió en la idea de la «renovación total» de la ejecutiva frentista.

Xavier Vence compareció a mediodía ante los medios, con la reunión todavía sin finalizar, para detallar el contenido de la misma, y lo hacía posando delante de un cartel que recordaba la Asamblea de 2001. De aquel evento salió un BNG que quería presentarse como más «pragmático» y menos radical en sus planteamientos, en aras de un asalto a los órganos de Gobierno autonómico que acabaría consiguiendo en 2004 como una de las patas del bipartito. Ese camino que llevaba hacia la moderación lo desandó con cada uno de los reveses que las urnas dio a los nacionalistas desde entonces, que han vuelto en los últimos años hacia las posiciones más soberanistas e izquierdistas.

El todavía portavoz nacional buscó en todo momento medir cada una de sus palabras. Advirtió la evidencia de que el nacionalismo se encuentra en la actualidad en un momento «crucial y crítico» que deberá pilotar la nueva dirección que salga de febrero. Según Vence, en la Asamblea «se debatirá absolutamente de todo, desde las estrategia electoral de futuro hasta las reformulaciones organizativas que sean necesarias a todos los niveles».

Diálogo con otras fuerzas

La primera gran prueba de fuego será la decisión de cómo acudir a las elecciones autonómicas, y Vence entiende que las decisiones a corto plazo deben ser «lo más consensuadas posible». Pese a no querer pronunciarse más que como representante del partido, Vence apuntó que su apuesta personal es la de «abrir procesos de diálogo con otras fuerzas» y, cuestionado acerca de si tras las fallidas negociaciones por entrar en la Marea habría que tender puentes hacia fuerzas como IU o Podemos, respondió que «hay una formulación que opta por sumar a todos aquellos que puedan compartir un programa nacional para derrotar al PP».

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