Fontán acudió a la consulta de Coté durante años. Ahora espera que se fije fecha de juicio sin demora
Fontán acudió a la consulta de Coté durante años. Ahora espera que se fije fecha de juicio sin demora - IAGO LÓPEZ
Entrevista a Esther Fontán | Presidenta Víctimas Intrusismo Médico

«El testimonio de los expacientes de Coté va a poner al tribunal los pelos de punta»

Más de un centenar de personas esperan el juicio en el que se enfrentarán al falso médico «Coté» por los tratamientos a los que los sometió durante años

Santiago Actualizado: Guardar
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Esther Fontán acudió semanalmente durante años a la consulta que el falso médico José Manuel López, alias «Coté», regentaba en Ferrol. Un especialista la derivó a la prestigiosa clínica de este presunto doctor que ahora se enfrenta a más de 300 años de prisión por delitos como homicidio imprudente o deformaciones. Hace casi una década que Fontán creó la asociación de Afectados por el Intrusismo Médico. Muchos de sus miembros son expacientes de Coté que, tras un auténtico via crucis judicial, están ahora más cerca de saldar cuentas con el que consideran un «estafador».

—El escrito de calificación del fiscal, que llevaban más de un año esperando, ya se ha presentado. Es la antesala del juicio. ¿Cómo lo valoran los 129 denunciantes?

«Sentimos terror por haber puesto la salud en sus manos»

—Para nosotros es el principio del fin. La mayoría todavía no lo hemos digerido, estábamos resignados en la espera y lo acogemos con satisfacción porque nos parece un buen escrito de calificación. Pero al mismo tiempo tiene una dosis de amargura y de expectación. Ya no solo por lo que pueda tardar el juicio, sino por lo que pueda pasar con Coté, que lo que perseguía era la nulidad de proceso. Ahora ya no hay marcha atrás y tememos que arranque el vuelo. No hay nada que se lo impida porque tiene pasaporte y dinero.

—El proceso amaga con ser largo, a la luz de todos los testimonios de las supuestas víctimas. ¿Qué esperan por parte de la defensa?

—Realmente es una gran incógnita porque qué defensa le cabe. La falsedad de sus titulaciones queda en evidencia en el propio escrito del fiscal, a través de los oficios remitidos en su día a determinadas universidades. No sabemos qué clase de defensa puede argumentar para demostrar que tenía capacidad profesional para tratarnos de las dolencias tan graves que nos trató, ficticias o reales, y las intervenciones quirúrgicas que realizó. Lo tiene muy complicado.

—Hay más de un centenar de presuntos expacientes que en sala relatarán su experiencia en esa consulta...

«La justicia para nosotros llega tarde. Lo que pedimos es que se fije juicio ya para dejar atrás esta pesadilla»

—Sí. Yo que las he escuchado todas y las he vivido en primera persona, puedo garantizar que todas y y cada una de ellas, en mayor o menor medida, van a ponerle a la gente que las escuche y al tribunal los pelos de punta. Hay mucho dolor en cada uno de los 129 casos, mucho sufrimiento físico y psicológico, muchas personas destruidas moralmente. Yo creo que en la sala se va a percibir la rabia de estos nueve años, desde que en el 2008 vimos cómo detenían a Coté acusado de ser un falso médico. El terror de saber que habíamos puesto nuestra vida en manos de una persona que no tenía competencia profesional para tratarnos. Cada vez que vamos a un médico, desde que pasamos por su clínica, no sabemos cómo explicar qué es lo que nos habían hecho y qué es realmente lo que tenemos.

—Coté la ha denunciado en varias ocasiones por calumnias e injurias graves. ¿En qué estado están estos litigios?

—Todavía, por desgracia, tengo cosas pendientes con él. Todas las denuncias contra mí fueron archivadas, excepto una que llegó a juicio por la que me pedía 4 millones de euros. El tema se despachó con 500 euros de multa. Ahora me quedan pendientes un par de denuncias derivadas de una denuncia que a su vez interpuse yo sobre la comercialización de un producto alimenticio y un recurso que planteó contra mí por injurias. Pero estoy convencida de que van a seguir el mismo camino que siguieron las demás.

—Lo que más les preocupa ahora es que la fecha de apertura de juicio oral no se retrase...

—Sí, yo tengo ganas de verlo sentado en el banquillo aunque hay compañeros a los que su sola presencia los remueve. Lo único que pedimos es que después de esperar nueve años a este momento, y si la justicia nos quiere compensar por lo que hemos pasados, pongan fecha de juicio ya para que dejemos atrás esta pesadilla.

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