Luis Ojea - Cuaderno de Viaje

Tarde, mal y a rastras

El fallido liderazgo de Gómez Besteiro ha empujado al partido hacia una espiral autodestructiva

Luis Ojea
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Los políticos en este país, la gran mayoría, nunca han sabido marcharse hasta que llega una brigada de demolición para desalojarlos del despacho. Es lo que ha ocurrido con José Ramón Gómez Besteiro. Su dimisión como secretario general del PSdeG era la única salida posible al laberinto judicial en el que se ha visto inmerso. Nadie con dos dedos de frente podía comprender que pretendiera aferrarse al cargo al tiempo que era investigado en sendos casos que cuestionan toda su carrera política, como concejal y como presidente de Diputación de Lugo. En circunstancias normales su salida daría aire al partido, pero su obstinación por atornillarse a la silla esta última semana deja aún más noqueado al socialismo gallego.

Besteiro se va de un PSdeG al borde mismo del precipicio.

Es revelador que tuvieran que venir de Andalucía a sacarle los colores al líder gallego porque aquí no hubiese nadie con coraje y una mínima autoridad moral para exigirle que se fuera. El drama del socialismo gallego es que esos mismos que callaron y miraron para otro lado o incluso que salieron a justificar que su jefe de filas pretendiese mantenerse al timón de la formación sean ahora los llamados a sustituirlo en la sala de mandos.

La pésima gestión del adiós de Gómez Besteiro es también muy descriptiva de la inconsistencia de Pedro Sánchez. El presunto líder del PSOE, en una vergonzosa demostración de falta de principios, ha intentado salvar a uno de sus pocos aliados internos aún a costa de dejar al partido al pie de los caballos.

El único que sale ganando del desastre es Abel Caballero. Hace tiempo que Besteiro le había vendido su alma a cambio de sobrevivir en la rúa do Pino. Y ahora el caudillo olívico ya puede cobrarse la factura, situando definitivamente a Carmela Silva en la pista de salida para la candidatura en los próximos comicios gallegos. Una operación que muestra el amor por lo absurdo que impera hoy en el PSdeG. Solo así se explica que vayan a sustituir a un líder atrapado en los juzgados por otra igualmente lastrada por una investigación en torno al presunto enchufe de su cuñada.

El fallido liderazgo de Gómez Besteiro ha empujado al partido hacia una espiral autodestructiva. Su adiós, tarde, mal y a rastras, lo deja en una situación aún más crítica.

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