Juan Soto - El Garabato del Torréon

Renovación o descalabro

El PP está necesitado de una regeneración sustancial programática y orgánica

Juan Soto
Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A pesar de avatares y revolcones, el PP todavía sigue siendo el partido hegemónico en la provincia de Lugo, a enorme distancia de los demás, tanto en número de afiliados como por su preponderancia municipio por municipio. Aunque chirriante y con bastantes signos de oxidación, resiste la maquinaria diseñada en su día por Cacharro Pardo, un engranaje que fue capaz de resolver cada confrontación electoral con mayorías inapelables. Todo lo que vino después de Cacharro es, le guste o no a los actores, cacharrismo puro y duro: al natural o barnizado, leal o desleal, descarado o hipócrita, pero cacharrismo al fin y al cabo. De Cacharro se reclamó siempre discípulo y seguidor Barreiro (ahorremos al lector toda digresión sobre los pagos alevosos y cualquier referencia al Iscariote) y de Cacharro son retoños, en agraz o florecidos, Raquel Arias y Elena Candia, las dos mujeres que acaban de pugnar por la presidencia provincial del partido.

Arrolló Candia, quizá porque desde la alcaldía de Mondoñedo aprendió una lección que a Arias le resulta difícilmente comprensible: no es la hora de los despachos sino la de la calle, no es momento de cejas altas sino de manos abiertas.

En Galicia, el PP (no solo el de Lugo y el de Orense pero especialmente el uno y el otro) está necesitado de una regeneración sustancial, tanto programática como orgánica; tanto estratégica como doctrinal. Es una tarea inaplazable si no quiere frenar su actual proceso de desafección entre sectores sociales (y generacionales) que hasta hace poco le fueron fieles pero que ahora no están dispuestos a mantener lealtades caninas. Ese quehacer no va a ser fácil, porque requerirá grandes dosis de coraje y un determinante esfuerzo de higienización, tanto institucional como orgánica, incompatible, por ejemplo, con un mero continuismo de la política llevada a cabo por Barreiro. Elena Candia es acreedora del consabido margen de confianza que se concede a quien inicia una labor. Pero debe saber que el plazo no es inagotable. Las convocatorias electorales que están a la vuelta a la esquina van a ser muy reveladoras: o la renovación del partido va en serio o el descalabro es ineludible.

Ver los comentarios