La juez ejecutora

El culebrón judicial de Besteiro va para largo.  Es cierto que no ayuda a esclarecer su laberinto procesal la negativa a declarar ayer ante la juez De Lara. Pero tampoco parece de recibo que la instructora imposibilitara la asistencia letrada de su abogado —por más que sea el controvertido Cándido Conde-Pumpido Varela—, por encontrarse en otro juicio en Málaga.

La juez alegaba que la petición de Besteiro de retrasar su declaración hasta una fecha en que pudiera acudir su defensor era poco menos que una treta artera para dilatar el proceso. Debe ser que De Lara no lee los periódicos: lo último que quiere el líder del PSdeG es que esto se eternice. Su carrera política depende de lo contrario.

En este punto, el futuro procesal de Gómez Besteiro queda arrojado a las arenas movedizas de la incertidumbre.

Fracasado el recurso de falta de competencia ante la Audiencia, ahora sólo le resta esperar que prospere la recusación de la instructora que previsiblemente planteará Conde-Pumpido, en respuesta a aquellos comprometedores correos electrónicos desvelados por la juez.

Mientras todo eso pasa, un sector del PSdeG conspira entre las sombras. Quieren desbancar a Besteiro pero sin que se note. Se limitan a generar malestar, a hacer zozobrar la nave pero sin el coraje necesario para decirle al timonel que se aparte. Ese trabajo sucio se lo dejan a la juez, para que ejerza de ejecutora: si la imputación de Besteiro se prolonga, él tendrá que dejar paso sin que sus críticos tengan que mancharse las manos. Como actitud política es muy poco valiente.

Porque los hay que ansían ser candidato, pero sin someterse a los procesos de selección. Mucho mejor ser objeto de aclamación por parte de la militancia y muñir una designación entre las sombras. Cuestión diferente es si los sueños de algunos concuerdan con la realidad. Al tiempo.