Galicia sortea la inacción de Sánchez y espera 8 millones de mascarillas

Pablo Pazos

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22/03/2020
Actualizado a las 22:37h.

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Galicia no vive la situación «dramática» de la Comunidad de Madrid ni sufre la carga asistencial del País Vasco o La Rioja, pero la Xunta trabaja a contrarreloj, precisamente, para no seguir los pasos de las comunidades más castigadas por el coronavirus . Ante la certeza de que la situación «será más dura» cuando se alcance el temido pico de contagios, Alberto Núñez Feijóo y su comité de crisis tratan de avanzar más rápido que el Covid-19 a pesar del lastre que conlleva la falta de suministro de material sanitario por parte del Gobierno central, que se arrogó, tras la declaración del estado de alarma, la capacidad de comprarlo y redistribuirlo. La videoconferencia de este domingo por la mañana con el presidente del Gobierno se convirtió en un coro de quejas de los mandatarios autonómicos. Feijóo, en su comparecencia posterior, puso número a sus reiteradas demandas, concretadas desde Sanidade: Galicia solo ha recibido 11.760 mascarillas desde que se implantó el estado de alarma, que se prolongará 15 días más;durante toda la crisis, han llegado 27.010 mascarillas. Puesto en contexto: la sanidad gallega consume 250.000 cada semana. Diez veces más de las que se han distribuido.

En los almacenes del Sergas, reveló el presidente, quedan todavía algo más de medio millón de estas piezas indispensables para la protección del personal sanitario. El número puede parecer elevado, pero el remanente alcanza para dos semanas. Y ni siquiera eso. Ayer se repartieron 15.000 mascarillas entre las residencias de la tercera edad. Y habría que surtir a municipios y empresas. De ahí que la Xunta se moviera en las últimas semanas, previendo y anticipándose a la carestía actual, más aún tras comprobar que «la cadena de suministro desde el Gobierno central no se estaba produciendo».

« Estamos con encargos confirmados de hasta 8 millones de mascarillas, mayoritariamente en China y algunas a través de Suiza y otros países europeos», anunció el presidente. «Espero tener buenas noticias a lo largo de la semana que viene». La primera remesa debería llegar este martes. «Supondría un blindaje, salvaríamos un problema», acotó Feijóo. La prioridad pasarían a ser test, batas y ventiladores. Pero las mascarillas, para las que ya se ha confirmado el pago que exigen los proveedores —«en el mercado global hay una tensión enorme (...), hay estados con centenares de millones de ciudadanos que compiten con los servicios de sanidad españoles»—, aún no están en Galicia. En la Xunta se respirará con algo más de tranquilidad «si no se interrumpe» el suministro «desde origen hasta término». Y ahí la última palabra es de Sánchez.

«Hemos tomado la decisión de de proseguir con las compras del Sergas; espero, eso sí, con el compromiso del Gobierno central de no intervención de las compras que consiga el Sergas a través de sus cauces», expresó Feijóo, quien afirmó que esta había sido una petición no solo suya, sino también de varios de sus colegas. Aquí se abre una cierta incógnita. Los presidentes preguntaron si se mantenía la «instrucción» por la que Sanidad se apropiaría de todo el material disponible, pero «no ha quedado claro si va a seguir esta instrucción», narró Feijóo. A continuación, expuso que Sánchez no había «contestado» a esa duda que se la trasladaba, por lo que « entendemos que esa instrucción queda sin efecto y los presidentes autonómicos podemos comprar con la seguridad de que, aquello que compremos (...), llegará. He entendido eso», recalcó.

Además de insistir a Sánchez en la necesidad de material, Feijóo volvió a solicitar datos de la curva epidemiológicae hizo hincapié en la necesidad de un protocolo de ámbito nacional para atajar la problemática creciente en residencias de la tercera edad y personas con discapacidad. Tocará esperar igualmente. «Vivimos momentos muy duros. A ún no podemos atisbar un futuro más tranquilo, más seguro, pero los días buenos seguro que volverán », proclamó en su comparecencia. «Recordaremos estos días con tristeza pero con orgullo», auguró.