Fernando Llopis - El último liberal

La tele-Botànic de Robespierre

«¿Por qué utilizar las Cortes para la labor legislativa para la que fueron concebidas, si pueden modificar leyes de forma exprés en la Ley de Acompañamiento?»

Es cuanto menos llamativo que Maximilien Robespierre empezara a cobrar cierta fama en la Francia revolucionaria por su apasionada lucha contra la pena de muerte, y, con su llegada al poder, fuese uno de sus máximos defensores . En sus dos años al frente del «reino del terror», batió todos los récords de ejecuciones justificadas en el retorcimiento, hasta límites insospechados, de las leyes del momento.

Parece inevitable que muchos políticos, cuando ocupan el poder un determinado tiempo, actúen de manera contraria a lo que antes defendían. Las enmiendas que el Botànic ha presentado en la Ley de Acompañamiento demuestran claramente que ya no cree en la labor legislativa de las Cortes Valencianas y que solo desea aprobar, envueltas en un totum revolutum y con escaso debate, una notable modificación de diversas leyes que afectan a las vidas de los valencianos. Hace menos de un año, los socialistas gallegos tachaban de fraude parlamentario los cambios normativos que el Partido Popular aprobaba con la Ley de Acompañamiento. Como se puede observar, todo parece depender de la bancada que ocupes en cada momento.

Las leyes de acompañamiento permiten regular múltiples materias, en teoría relacionadas con la política económica, pero que no forman parte de la ley presupuestaria. Pero como Robespierre hacía al retorcer las interpretaciones de la ley, estos proyectos de acompañamiento se han convertido en un cajón de sastre donde, de forma exprés, un gobierno puede aprobar, entre otras cosas, tal como ha hecho el Botànic, que las contrataciones a dedo sean legales.

Imagen del presidente de la Generalitat, Ximo Puig junto a la vicepresidenta Mónica Oltra y el vicepresidente segundo, Ruben Martinez Dalmau EFE

No contentos con ello, el Botànic pretende incidir también en aspectos claves de la ley que gestiona À Punt para alterar la esencia de la misma y poder regir la cadena a su antojo . Esto es sobre todo llamativo porque Ciudadanos ya planteó, en septiembre de 2019, una proposición para estudiar los cambios en la ley que se habían demostrado necesarios para facilitar el desarrollo de los medios audiovisuales valencianos en el entorno actual. La propuesta se basaba en realizarlos tras escuchar al sector y analizar seriamente otros modelos que han demostrado ser más eficaces. Ante tal petición, los partidos que sustentan al Botànic copiaron la propuesta y la presentaron como suya, obviando, claro está, el debate y las consultas al sector.

Para finalizar lo kafkiano de la situación, las tres propuestas presentadas para estudiar cambios en la ley fueron aprobadas, aunque el Botànic demostró escaso, por no decir nulo, interés en poner en marcha la comisión de estudio. La justificación del retraso ha visto la luz al conocerse las enmiendas de la Ley de Acompañamiento. El Botànic ha decidido que ¿por qué utilizar las Cortes para la labor legislativa para la que fueron concebidas, si pueden modificar leyes de forma exprés en la Ley de Acompañamiento?

Entre varias lindezas, los del Botànic debieron recordar lo bien que le iba a Eduardo Zaplana poder elegir sin necesidad de mayorías cualificadas al máximo responsable de Canal 9. Así, modificarán la ley para poder hacer lo mismo y seguir construyendo su Tele-Botànic sin necesidad de llegar a acuerdos . Pero como me decía un diputado botánico, «lo peor de esto es que, cuando dejemos de gobernar, nos podrán hacer lo mismo». Algo así debió pensar Robespierre cuando iba camino de la guillotina.

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