Ferran Garrido - Una pica en Flandes

El desencanto

«Mi visión de la política, en realidad de la vida, está dejando de ser romántica para ser cada vez más pragmática»

Joan Ribó, Mónica Oltra y otros políticos de Compromís, la noche del 26M tras el resultado electoral Mikel Ponce

Mi visión de la política, en realidad de la vida, está dejando de ser romántica para ser cada vez más pragmática. En realidad vuelvo a los orígenes de mi pensamiento , porque soy un racionalista que se enamoró del amor, y de la política, para perseguir una idea inalcanzable. Unos cuantos golpes después empiezo a volver a inicio de la historia.

He dejado pasar unos días para digerir todo esta turbamulta de cosas que nos han pasado por encima en los últimos meses. Seguramente hemos vivido más cosas de las que cualquier persona normal puede digerir. Eso sí, como somos ciudadanos ejemplares , lo soportamos con estoicismo de atleta espartano.

Ahora, después de dos campañas electorales y de todo el maquillaje y colorín que nos ofrecen tras una pátina de postureo y un forro de persiglax, nos damos de nuevo de bruces con el rediseño acomodaticio de la realidad para que cada cual arrime el ascua a su sardina. Pero empiezo a estar cansado del olor a sardinas. Es que se me queda pegado en la ropa.

Me ha costado digerir, y ya veremos como acaba todo esto, que desde las altas instancias populares se viva como un triunfo el resultado electoral de la Comunidad de Madrid, o solo se destaque como un éxito el rédito obtenido en la provincia de Alicante. Es por poner un par de ejemplos. Por aquello de que gane quien gane, ganamos todos. No sé a ustedes, pero a mí me da un cierto prurito contemplar el espectáculo visto lo visto en Valencia.

Y ya puestos, lo mismo me pasa cuando veo como, también en Valencia, los socialistas se rasgan las vestiduras cuando Ribó pasa como de puntillas por delante de ellos a la hora de negociar los pactos para el Ayuntamiento de Valencia. ¿Qué esperaban después del adelanto electoral de las Autonómicas, que dejó a los de Compromís con el culo al aire? Tal vez el PSPV hizo lo que tuvo que hacer. Pero luego no se puede pedir árnica a quien en su momento tuvo que tirar de antiinflamatorios más contundentes.

Por otro lado, la Valencia de Ribó es el bálsamo que suaviza el escozor de la formación valencianista y de sus malos resultados en los últimos procesos electorales, que les han puesto al borde de un periodo de reflexión para ver cómo salir de esta sin demasiados damnificados.

Ya comentamos el otro día que lo de Ciudadanos se ha convertido en un proceso ascendente ralentizado por los vientos electorales, que se frena poco a poco a pesar del crecimiento. Es como esos jóvenes que se van haciendo grandes, pero que no acompasan sus movimientos con su cuerpo y parece como si fueran por la vida desajustados hasta que se hacen un poco más mayores y encajan las piezas de su puzle.

En fin, que al final, en política como en la vida, cada cual hace lo que tiene que hacer para reafirmar la realidad que se ha creado a sí mismo y que el marketing nos vende junto con un espejuelo de colorines. Eso sí, muy aparente.

Por eso empiezo a vivir desde una extraña sensación de desencanto.

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