La calle se mueve, la historia como memoria

Me gusta este titular, «la historia como memoria» viene a completar el sentido de la realidad, esa realidad que sobretodo en política se pervierte o se desvirtualiza. Hemos pasado un tercer fin de semana, continuado, con lunes festivo. Esta vez por el 1 de Mayo Día del Trabajador. Durante estos días, el Levante UD ha protagonizado nuestras alegrías deportivas patrias, con su vuelta a la primera división de fútbol, con seis jornadas de antelación antes de finalizar el campeonato.

Un fin de semana muy de presencia en las calles. Los granotas en la fuente de cuatro estaciones hasta bien entrada la madrugada, la Feria de Abril en el cauce del Túria, una cita ya clásica en el atletismo valenciano como fue la maratón por equipos, Ekiden, una Fira del Llibre a rebosar en el parque de Viveros y la ya tradicional manifestación del 25 d'Abril, que este año tuvo curiosidades al respecto.

Bajo el lema «por una financiación justa», altos cargos del Gobierno valenciano –representantes políticos tanto de Compromís, Podemos, junto con la peculiaridad de la asistencia del PSPV, con la presencia de Ana Botella, cabeza de lista socialista al Congreso por Valencia y exdelegada del Gobierno– han compartido manifestación como miembros de la CUP o colectivos antisistema como Arran, que en su propio manifiesto por el 25 d'Abril aboga por romper todas las relaciones con el Estado Español y Francés: « ...trencar d’una vegada per totes amb els Estats espanyol i francès, corretges d’engranatge d’una Unió Europea que imposa lògiques de mercat a les nostres vides, cal trencar amb el règim del 78 que asfixia la nostra identitat com a poble» (romper de una vez por todas con los Estados español y francés, correas de engranaje de una Unión Europea que impone lógicas de mercado en nuestras vidas, hay que romper con el régimen del 78 que asfixia nuestra identidad como pueblo).

Entiendo que ni la señora Botella, ni Baldoví, ni los altos cargos del Gobierno valenciano que acompañaban a esta parte de la comitiva, muchos de las propias Consellerias de Economía y Hacienda, ni leerían ni compartirían tal manifiesto de los «demócratas» compañeros de marcha, que líneas arriba en su propio manifiesto ya incluso «despotrican» de los gobiernos del cambio que han sido todo un fracaso… en eso, miren ustedes, podríamos hasta coincidir.

Con esa amalgama de entidades participantes, que no pintan ni con cola unas con otras, salvo que por propiamente vigilarse las unas a las otras por el mismo pastel de votante, la marcha estaba organizada por una entidad como es ACPV, bien regada de subvenciones públicas y sin ningún apoyo por la sociedad mercantil y empresarial, por el rancio cariz sectario e ideológico de esta.

Empezamos una semana que también tendrá un protagonismo en la calle este próximo fin de semana, el 6 de mayo, con la marcha convocada por la Educación Concertada, contra la medida de Marzá de la supresión de aulas de bachiller. En pocos días los convocantes ya han recogido cerca de 10.000 apoyos. De nuevo, el sector educativo católico y concertado es el que va a poner en tensión al Gobierno valenciano con su propia medicina: la movilización cívica en las calles. Ya lo hicieron en Alcoi primero, y en las principales ciudades de la Comunitat cuando, el propio Marzá, recortó la opción de la libertad de elección de centros escolares. La historia se repite, y este Gobierno gestiona a golpe de titular y después se olvida de informar de sus decisiones a los afectados, como ha recalcado Vicente Morro, portavoz de la Mesa de la Educación por la Libertad, en un comunicado donde echa en falta una total desinformación tanto de la medida sobre las aulas de Bachillerato como también de los detalles del arreglo escolar y cómo afectan a las aulas de Infantil, Primaria y Secundaria.