Fernando Giner - Tribuna

Dos años de populismo en Valencia

«Valencia se está quedando atrás en desarrollo comparado con Madrid y Barcelona, y también a niveles casi inferiores a Málaga, Sevilla y Zaragoza»

Fernando Giner
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¿Tiene motivos Ribó para celebrar dos años como alcalde en el Ayuntamiento de Valencia? ¿Se acuerdan de aquellos eslóganes que decían ‘somos el gobierno de las personas y venimos a rescatarlas’? Después de dos años de legislatura hemos podido comprobar que, ni ha sido el gobierno de las personas, ni de la gente, ni de la acción social. Ha sido el gobierno de la ideología, la radicalidad y el adoctrinamiento.

En los últimos años, miles de familias valencianas se han visto empobrecidas por la crisis económica, muchas han sufrido una reducción sustancial de su calidad de vida y la mayoría de los jóvenes tienen una visión pesimista sobre su futuro profesional. La precariedad, la corrupción y la crisis de las instituciones valencianas son factores que han hecho que mucha gente pierda la confianza en el sistema.

Cuando esto ocurre, el terreno queda abonado para que germine la semilla del populismo, basado en un mensaje que apela a las emociones y que supera a la verdad. Un mensaje revestido de apariencia social y de falso humanismo, que centra su foco de atención en el rescate de las personas. Por eso, los mismos populistas se denominan los ‘gobiernos de las personas’. Nada más falso y alejado de la realidad.

Los gobiernos de ciudades como Valencia, Madrid, Barcelona y Zaragoza no están contribuyendo al bienestar de los ciudadanos, porque tienen los mismos vicios de la vieja política: son opacos y continuistas. Carmena, Colau, Santiesteve y Ribó son un cuarteto desafinado que gestiona los impuestos de seis millones de ciudadanos que decidieron, hace dos años, apostar por un cambio, esperando más transparencia y participación, más sensibilidad social y soluciones a los problemas de gestión que el PP, PSOE y CIU habían causado. Pero no ha sido así.

¿Cuáles son las consecuencias reales y tangibles de tener una alcalde populista? En primer lugar, la actividad económica de la ciudad no se recupera. Estamos comprobando como Valencia se está quedando atrás respecto a Madrid y Barcelona y está en un orden de desarrollo de ciudad a niveles casi inferiores a Málaga, Sevilla y Zaragoza. En ámbitos internacionales, en estos momentos Valencia está compitiendo con ciudades como Cartagena para atraer inversión. Seamos conscientes de lo que esto va suponer para la ciudad, ya que si la inversión extranjera y la de los propios valencianos no llega, la ciudad se quedará anclada.

Estamos presenciando como muchos jóvenes tienen que buscar trabajo fuera de Valencia para poder independizarse. Y si deciden quedarse, corren el peligro de acabar vestidos de romanos para entretener a los turistas asiáticos. Así es como el populismo entiende el turismo. Turismo 'low cost' que convierta Valencia en un parque temático.

Al mismo tiempo, los autónomos y pymes están sufriendo inseguridad jurídica, problemas en la movilidad, horarios comerciales inciertos y las consecuencias de vivir en una ciudad con falta de planificación. Y lo que es peor, las personas que iban a ser rescatadas siguen igual. No se ha construido ni una sola vivienda social como el alcalde prometió. Es decir, el populismo de Ribó habla de una realidad distinta de la verdad, que está perjudicando a las personas y, como no sabe gestionar y no tiene proyecto de ciudad, sólo tiene ideología y radicalidad, su única arma para mantenernos entretenidos es propiciar el enfrentamiento entre los valencianos.

Por si no tuviéramos bastante, el alcalde de Valencia además de populista es nacionalista y está metiendo a Valencia en la misma espiral independentista que vivió Cataluña en los años 80.

Con todo, no hay que olvidar que Ribó es alcalde gracias al apoyo del PSOE. Desde luego, que Ximo Puig sea presidente de la Generalitat nos está costando muy caro a los ciudadanos de Valencia. Ambos están llevando a cabo una estrategia de adoctrinamiento en el ámbito educativo de la Comunitat Valenciana. Ahí radica nuestra gran diferencia, en el concepto de la libertad e igualdad. Mientras los populistas creen en la igualdad de pensamiento, nosotros trabajamos por la igualdad de oportunidades.

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