El Govern fulmina a la jefa de comunicación de Interior para protegerse de la polémica del gas pimienta
El consejero Buch «mata al mensajero» ante las críticas del secesionismo en las redes sociales
El Govern de la Generalitat teme, más a que a nada, que el «ejército» de perfiles independentistas y lazos amarillos que pueblan las redes sociales se gire y en vez de apuntar al «Estado Español» dispare contra ellos. Si el clamor en las redes fue lo que hizo que en 2017 Carles Puigdemont rectificara y en vez de convocar elecciones, como tenía previsto, declarase la independencia, esta vez el alud de críticas desde perfiles sociales secesionistas por la polémica del gas pimienta ha llevado al consejero de Interior, Miquel Buch, a intentar protegerse de este «fuego amigo», y ha optado por «matar al mensajero». Ha destituido a su jefa de comunicación, Joana Vallès, para protegerse de las críticas de los suyos.
Todo comenzó la semana pasada. El viernes, en el complejo central de los Mossos d'Esquadra de Sabadell (Barcelona) se celebró un encuentro entre los mandos de la Brigada Móvil (Brimo) -los antidisturbios de la policía catalana- y los medios de comunicación donde, además de presentarse los nuevos criterios de actuación de estas unidades y sus cambios en el modelo de órden público, se valoró la previsión de un posible «otoño caliente» en Cataluña tras la sentencia del «procés».
En ese encuentro, los responsables de los Mossos explicaron que, como novedad apostarán, siempre en situaciones críticas y con previo aviso, por utilizar gas pimienta para dispersar a los manifestantes más violentos . Según ellos, se trata de un método que, tras reflexionarlo, consideran que es menos lesivo que la utilización de las defensas (porra) y contemplan la posibilidad de usarlo, siempre como último recurso. Hace años que los Mossos disponen de este gas pimienta pero apenas lo han utilizado.
Cuando la prensa publicó el sábado estas nuevas pautas de actuación, se generaron un aluvión de críticas del mundo independentista en las redes sociales apuntando tanto al presidente de la Generalitat, Quim Torra, como a su consejero de Interior, Miquel Buch. Éste, ha optado por la vía fácil para resolver la polémica : cesar a Joana Vallès, una periodista de amplia trayectoria y experiencia en la Consejería de Interior.
