El Día sin Coches de Colau amenaza con colapsar Barcelona

Mañana es el Día Mundial Sin Coches y Barcelona lo pretende celebrar con una jornada de «pacificación» del tráfico que puede acabar degenerando en un fenomenal caos circulatorio. De momento, comerciantes y ciudadanos ya han alzado su voz en contra. Con tal de concienciar de la necesidad de dejar más el coche en el parquing, el gobierno de Ada Colau bloqueará el tráfico en 54 calles secundarias y además se prevé el corte de dos de las principales arterias de la ciudad, la Vía Laietana y la calle Gran de Gràcia.

Barcelona acoge esta conmemoración desde 1999 y si habitualmente el veto al coche se trasladaba a días festivos con tal de minimizar los problemas –igual que otras ciudades españolas, que celebrarán el Día Sin Coches este domingo–, este año Colau ha decidido hacer coincidir la jornada mundial con los cortes reivindicativos.

De hecho, en Madrid, la alcaldesa Manuela Carmena había planeado una iniciativa similar para mañana, pero dio marcha atrás después de que técnicos municipales lo desaconsejaran.

Por el contrario, y a pesar de avecinarse dificultades de circulación, Barcelona mantiene los 56 cortes, algunos de ellos parciales, y ha programado actividades populares para ocupar las calzadas habitualmente invadidas por coches y camiones, y mostrar así una ciudad «pacificada» al tráfico.

La complicada circulación en Barcelona, la ciudad española que sufre más atascos según el Informe de Medición de Tráfico 2015 hecho por Inrix, se agravará mañana prvisiblemente con estas medidas. Comerciantes y el sector turístico ya han mostrado su preocupación.

Críticas de los comerciantes

En señal de repulsa, esta semana entidades como Pimec, la Fundación Barcelona Comerç o el Gremio de Restauración emitieron un comunicado conjunto en el que alertaban del «riesgo operativo» que tiene celebrar el Día Mundial sin Coches en una jornada laborable. Además, el Consejo de Gremios de Comercio, Servicios y Turismo de Barcelona avisó de las más que seguras pérdidas económicas que les conllevará la medida. Entre sus críticas está el hecho de que no se haya hecho más difusión de la jornada y las calles afectadas, lo que creen que provocará «situaciones de desconcierto».

«Que corten algunas calles no tendría que ser un gran problema pero lo puede ser si la gente no está bien informada», reconocer el experto en movilidad, Ole Thorson. «No es cuestión de prohibir, sino de aumentar la conciencia de que la contaminación que tenemos es excesiva y que repercute en nuestra salud», asegura a ABC, al tiempo que recuerda que hay más muertes por cuestiones medioambientales que por accidentes de tráfico.

«Una necesidad»

El Ayuntamiento defiende que la jornada «no es ningún capricho. Reducir los coches es una necesidad y un imperativo por salud pública». Así lo reivindica la concejal de Movilidad, Mercedes Vidal, que recuerda que sólo el 24 por ciento de los desplazamientos se hacen en coche y que la intención es rebajar este porcentaje por el bien de la ciudadanía. El consistorio recomienda mañana moverse a pie, en bici o en transporte público.

El fracaso de la «superisla»

Más allá de la jornada reivindicativa de mañana, Colau quiere hacer desaparecer los coches de Barcelona para «pacificar» la ciudad. Una de sus medidas estelares es la implantación de las «superislas», que son áreas comprendidas por nueve manzanas en las que el tráfico rodado está vetado en el interior. El plan se elaboró en mandatos anteriores, pero es Colau quien ha inaugurado justo hace dos semanas la primera «superisla», ubicada en el Poblenou. En sus primeros días, la idea ha recibido decenas de quejas y generado problemas, que han obligado al Consistorio a reformular el proyecto y a corregir varios aspectos.