El yacimiento del Born, poco antes de la inauguración del centro en 2013
El yacimiento del Born, poco antes de la inauguración del centro en 2013 - INÉS BAUCELLS

El eterno repensar del Born

En pleno debate sobre el uso del recinto, los comerciantes de la zona exigen más atención a Colau y que las instalaciones no den la espalda a las tiendas del barrio

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Otra vez más, tras haber gastado 75 millones de euros en su remodelación, Barcelona sigue debatiendo el sentido y uso del Born Centre Cultural (Born CC). La llegada de Ada Colau a la alcaldía de la capital catalana ha trastocado de nuevo los planes del equipamiento. La decisión de la alcaldesa de cerrar la exposición de el Born CC que explica los hechos de 1714 con una visión totalmente independentista, ha sembrado las dudas sobre el espacio y ha avivado la polémica. ERC, CiU y la CUP han puesto el grito en el cielo ante la posibilidad de que el Born pierda su carácter de centro propagador del independentismo.

Su indignación es tal que los republicanos llevaron a la Comisión de Cultura del Ayuntamiento una propuesta para blindar la actual línea, que no fraguó ya que se encontró con los votos en contra de BComú, PSC, PP y C’s.

Días después de ese debate, pero aún con la polémica abierta, Colau reiteró que se acerca la hora de «ampliar sus usos» para que el recinto sea más plural y abierto a la ciudad y al barrio.

Lo cierto es que la exposición sobre el asedio de Barcelona ha tenido muy poco público. En 2015 el Born recibió 1,5 millones de visitantes y tan solo el 10% de ellos pagó para ver las exposiciones. Si las muestras no han conseguido encandilar a muchos, el espacio en sí tampoco ha podido dinamizar el histórico barrio tanto como se preveía.

Sin incidencia en el barrio

De hecho, se estima que solo el 5% de los usuarios del Born CC acaban paseando por el barrio. La gran mayoría llegan en excursiones programadas y al salir del recinto suben directamente al autocar en busca de otro atractivo turístico. Los vecinos todavía esperan ver el revulsivo que les prometieron en septiembre de 2013 cuando se inauguró el recinto por todo lo alto.

Ahora, y desde el primer día, su inmensa plaza está vacía y aunque los aledaños del mercado han ganado muchos locales de restauración, los comerciantes no han notado una mejora y exigen más atenciones por parte del gobierno de Colau.

En este sentido, la asociación Born Comerç ha exigido esta semana dar una vuelta al proyecto para que la zona vuelva a parecerse a lo que era en sus orígenes, un mercado. Paula Morgó, miembro de la junta directiva de la entidad, pide que el recinto y sus aledaños sean una zona cultural, pero también comercial, y exige que el centro «conecte cultura y comercio».

Además, si el Gótico o el Paseo de Gracia viven del éxito que les supone la mezcla entre su arquitectura, historia y moda, por qué el Born no puede hacerlo, se preguntan sus vecinos. Ellos están seguros de que esta combinación es posible. Además, «la plaza es dura, fría y no tiene ninguna vida comercial. Podría acoger ferias o actividades» y la zona de restos arqueológicos también podrían acoger algún evento, reivindican.

Rebautizar el recinto

Los comerciantes quieren que se promueva la historia del Born como gran mercado de abastos de la ciudad y que, si entonces ya era un epicentro de oficios y artesanos, lo vuelva a ser ahora. Además, en esta misma línea y como colofón a su enfoque del recinto museístico, proponen el rebautizo del Born Centro Cultural y que pase a llamarse Mercado del Born. A los comerciantes no les faltan argumentos para defender este cambio de nombre. «Se habla de la Barcelona de 1714, pero no se habla de los gremios y tenderos, que fueron los verdaderos guardianes de la ciudad entonces», lamenta Gabriel Jené, presidente de Barcelona Oberta, la unión de ejes comerciales turísticos.

Born Comerç ha empezado a hablar con el Ayuntamiento sobre la reformulación comercial del barrio, aunque de momento sin mucho éxito. «Están siendo poco sensibles con la actividad comercial y no vemos la atención necesaria», añade Jené. Born Comerç pone como ejemplo que el consistorio no quiso iluminar la fachada del Born durante las Navidades. En una línea similar, los comerciantes piden al 080 que celebre una de sus dos ediciones anuales en el barrio. La que empieza mañana, precisamente, tendrá sus desfiles en la Casa Llotja de Mar y los comerciantes han preparado un sinfín de actividades paralelas al certamen, como una ruta de escaparates.

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