TV3 y Catalunya Ràdio: cinco años de pluralidad informativa en entredicho

Los medios públicos catalanes son para la oposición «aparatos de propaganda» del proceso independentista

El director de TV3, Vicent Sanchis, entrevista al presidente de la Generalitat, Carles Puigemont TVC

D. MORÁN

Antes de su cese como consellera de Presidencia y justo después de que Vicent Sanchís fuese nombrado director de TV3 en sustitución de Jaume Peral, Neus Munté aprovechó un pleno del Parlament para defender que la televisión catalana hace «un servicio público con información contrastada, plural, que respeta todas las ideologías». Las palabras de Munté venían a responder la enésima acusación por parte de que la cadena pública autonómica sufre «instrumentalización como aparato de propaganda del proceso», un mantra que se ha repetido con insistencia desde que la ANC organizó la primera gran manifestación indepedentista el 11 de septiembre de 2012.

Cinco años después, la pluralidad informativa de TV3 sigue en entredicho y tanto partidos, asociaciones periodísticas y trabajadores de la cadena denuncian que la televisión pública, igual que Catalunya Ràdio, se ha convertido en altavoz de los partidos independentistas. Tanto es así que esta misma semana tres consejeros del Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC) han reclamado al presidente de la institución que se analice el «cumplimiento del deber de neutralidad, veracidad y rigor» en el trabajo de los periodistas de la Corporación de Catalana de Medios Audiovidsuales (CCMA).

En concreto, lo que reclaman los consejeros propuestos por el PSC (Carme Figueras) PP (Daniel Sirera) y UDC (Eva Parera), es que se analice la actividad informativa de los medios de la Generalitat durante la Diada y el pleno del Parlament en que se aprobaron las leyes del referéndum y de transitoriedad jurídica, suspendidas posteriormente de forma cautelar por parte del Tribunal Constitucional.

El papel del CAC

El CAC es el organismo institucional encargado de velar por «la libertad de expresión y de información, el pluralismo, la neutralidad y la honestidad informativa», y aunque los votos particulares de sus consejeros y las quejas por falta de pluralidad no son nada nuevo, su condición política convierte su labor en poco más que papel mojado. Un buen ejemplo serían el informe de pluralidad política en la televisión y la radio, texto en el que se analiza el tiempo dedicado a políticos o temas de actualidad, entre otras cosas, y del que el Parlament se sirve para defender la pluralidad de TV3.

«Es un informe matemático que se hace con cronómetro pero que no entra en el análisis cualitativo de la información», explica Daniel Sirera. Tampoco aparecen ahí las críticas que puedan haber llegado al seno del CAC, ya que la composición del propio consejo (tres miembros de ERC y PDeCAT y otros tres PSC, PP y Unió, respectivamente) hace que casi todos los debates acaben en un empate que siempre deshace el voto de calidad de Roger Loppacher, presidente del CAC nombrado a petición de la antigua CiU.

Una «herramienta del separatismo»

Más allá de la eficacia de los mecanismos de regulación, la crítica de la oposición es unánime a la hora de señalar el papel que vienen jugando los medios de comunicación de la Generalitat durante todo el proceso soberanista. «Ha sido una herramienta más del separatismo para hacer propaganda. No hay más que ver algunas editoriales o las noticias, donde el otro día presentaban a la oposición como ‘grupos minoritarios no independentista’, para darse cuenta», señala David Mejía, diputado de C’s y presidente de la comisión de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales.

Así, en los últimos meses y años se ha criticado desde entrevistas a medida al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, a la presencia de Arnaldo Otegi como invitado estrella del programa «Preguntes Frequents» pasando por la omnipresencia del proceso soberanista en los informativos y por polémicas más o menos sonadas como las entrevistas sobre la independencia a un grupo de menores en el informativo infantil de la cadena, la quema en directo de un ejemplar de la Constitución por parte de la periodista Empar Moliner, o ntrevista a Carles Sastre, exmiembro Terra Lliure condenado por el asesinato del industrial José María Bultó al que se presentó como un «gran reserva del independentismo».

Las Diadas de la polémica

Especialmente cuestionada ha sido la cobertura que la televisión catalana ha realizad de las manifestaciones independentistas de la Diada, llegando incluso al extremo de que el Sindicato de Periodistas de Cataluña tuvo que hacerse oír en 2014 para denunciar la deriva informativa de la cadena. «Hace tiempo que se ha traspasado la 'línea roja' que contiene nuestro libro de estilo y que desautoriza las informaciones. La reiteración de informaciones 'de servicio' sobre la Diada explicando la forma de llegar, indicando los tramos que quedan por llenar, entrevistando por enésima vez a los organizadores del acto, se convierten en llamamientos descarados a la participación», podía leerse en el comunicado. Hace pocas semanas, las críticas se centraron en la cobertura que la emisora hizo de la manifestación contra los atentados de Barcelona y Cambrils y, muy especialmente, por esos planos cerrados en los que la cabecera de la manifestación avanzaba ante gran cantidad de banderas esteladas y pancartas que criticaban la política exterior española.

El dilema de las tertulias

Otro de las quejas más repetidas es el de la escasa pluralidad de las tertulias, llegando a casos como el de un debate emitido en mayo de 2015 en el que sólo participaron partidos y entidades independentistas. Un ejemplo extremo de una práctica que, según un estudio del portal media.cat, arroja que en los medios públicos catalanes el 63% de los tertulianos son favorables a la independencia y el 30% no. Con todo, los informes de pluralidad el CAC se limitan a analizar los informativos y no el resto de una programación cada vez más salpicada de política. «Es que es toda la programación. Si hasta en ‘Merli”, tan aplaudida por todo el mundo, uno de los personajes malos es un profesor de historia de España», subraya Sergi Fidalgo, presidente de la Asociación de Periodistas Pi i Margall.

El tiempo de los Países Catalanes

También se arrastra desde hace años una polémica relativa a algo tan aparentemente inofensivo como la información metereológica, ya que los informativos de la televisión pública catalana encuadran a Valencia y Baleares en los denominados «países catalanes». Una práctica que fue denunciada por el anterior Gobierno valenciano, que reclamó sin éxito que empleara la terminología oficial que establece el Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana.

El caso de Catalunya Ràdio

Tampoco se libra de las críticas Catalunya Ràdio, emisora a la que se le afean desde las editoriales con «juicios de valor y posicionamientos personales» de Mònica Terribas, conductora del programa «El matí de Catalunya Ràdio» hasta polémicos contenidos publicados en las redes sociales de algunos programas. El caso más llamativo es el de una encuesta publicaba en 2016 en la cuenta de Twitter del programa «Catalunya Vespre» en el que se preguntaba a la audiencia si estaría dispuesta a «impedir físicamente que juzguen a Mas, Ortega y Rigau». El pasado viernes, el diputado del PSC David Pérez aprovechó la comisión de control de la CCMA en el Parlament para criticar la cobertura que hizo Catalunya Ràdio del pleno del Parlament en el que se aprobó la ley de referéndum y la manera como «se boicoteó la intervención de Joan Coscubiela».

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