La formación de nuevos genes es un «proceso continuo» durante la evolución

Un estudio demuestra que ese nuevo material genético «permite adquirir nuevas funciones» y que no siempre se origina a partir de otros genes

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Hace un tiempo se pensaba que todos los genes nuevos se originaban a partir de otros genes, es decir, de duplicaciones de genes ya existentes. Recientemente, los científicos han descubierto que existen determinados genes, los llamados «genes de novo» que se originan en regiones genómicas que no contienen préviamente ningún gen. Ahora, un estudio liderado por investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (Imim) ha revelado que la formación de nuevos genes es un «proceso continuo» que permite adquirir nuevas funciones durante la evolución de los organismos.

El trabajo, publicado en la revista «Plos Genetics», «apoya firmemente la hipótesis de que continuamente se originan genes de nuevo», lo que hasta hace poco era considerado un misterio, según ha informado este lunes el centro en un comunicado.

La investigación, liderada por la investigadora del Imim Mar Albà y por el científico del mismo grupo Jorge Ruiz-Orera, con la colaboración de investigadores de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y del Centro de Regulación Genómica (CRG), demuestra que ganar nuevos genes durante la evolución es un proceso mucho más frecuente de lo que se había pensado hasta ahora tras observar que existen cientos de genes que podrían ser únicos de los humanos, y algo parecido ocurre con los chimpancés.

La investigación ha permitido identificar 21 nuevas proteínas humanas

Según Mar Albà, este trabajo ha mostrado también «que la formación de motivos de ADN -elementos que activan la expresión de los genes-, por la acumulación de mutaciones al azar, habría sido determinante para la aparición de estos nuevos genes».

Para llegar a esta conclusión, los investigadores identificaron primero cientos de genes específicos de humanos y chimpancés, y los compararon con las correspondientes secuencias genómicas del macaco, descubriendo que los nuevos genes estaban enriquecidos en motivos de ADN, un paso «necesario» para la formación de este nuevo material genético. Además, el estudio identificó 21 nuevas proteínas humanas que se desconocían hasta entonces.

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