Barcelona en fuera de juego

La alcaldesa Ada Colau no quiere poner pantallas gigantes en algún punto de Barcelona para seguir los partidos de la Selección Española en la próxima Eurocopa 2016. Eso sí, el pasado mes de junio no dudó en instalar pantallas en plena plaza Sant Jaume para transmitir en vivo y en directo su investidura como alcaldesa. Por cierto, estas pantallas tuvieron un coste de casi 12.000€ pagados por todos los barceloneses.  

Ahora la alcaldesa pretende vetar las pantallas que pide poner una plataforma ciudadana y que supondría un coste de cero euros al Ayuntamiento, ya que la instalación no comportaría coste alguno gracias a los patrocinadores. Esto demuestra que es una cuestión de voluntad política. Primero fue Trias que como alcalde no quiso instalar pantallas durante la Eurocopa de 2012, para así complacer a los independentistas, pero ahora es Colau la que hace un guiño a los soberanistas, dejando una vez más a Barcelona en fuera de juego y sin pantallas.

El PP ya consiguió la instalación de pantallas para la final del Mundial de 2010 después de muchas peticiones al Ayuntamiento. Gracias a la insistencia del Grupo Popular más de 75.000 barceloneses pudieron seguir en 2010 aquella gran final del Mundial 2010 entre España y Holanda en la Avenida María Cristina frente la Fuente Mágica de Montjuïc. Seguiremos pidiendo pantallas, ya que el Ayuntamiento no puede cerrarse en banda, debe facilitar posibles espacios en la ciudad para ofrecer a los barceloneses aficionados al fútbol, la oportunidad de seguir los partidos de España, tal como hacen otras grandes capitales europeas con gran éxito de público. Se podrían instalar en Montjuïc junto al Estadio Olímpico, repetir la Avenida María Cristina o en puntos céntricos de la ciudad como la Plaza Cataluña.

Este mes de abril hemos tenido un exceso de gesticulaciones políticas por parte de Colau, además de vetar las pantallas para ver a la Selección Española, hemos de sumar otras ‘perlas’ como, eliminar el nombre de la Plaza Juan Carlos I en un ataque de ‘coronofobia’ por parte de Colau, cambiar el nombre de la plaza Llucmajor en Nou Barris por Plaza de la República o rechazar la conmemoración del día de la Constitución, porque según el teniente de alcalde Gerardo Pisarello, el Ayuntamiento nunca a celebrado ese día. Parece que Colau y sus regidores prefieren mirar a los años 30, desde el PP apostamos por encarar el futuro con la apuesta democrática del siglo XXI, reafirmando y preservando los valores, el marco de convivencia y lealtad institucional amparado por la Constitución Española.

Es momento que Ada Colau dejar atrás la permanente gesticulación contra la monarquía y España. Es necesario poner el acento en lo que es su obligación gobernar Barcelona y resolver los problemas reales de los barceloneses.