Siempre hubo clases

Cuando al PSOE se le cae la «O» de las siglas, Podemos se frota las manos. Pablo Iglesias en concreto, que se ha comprado un chalet en Galapagar. Un cargo del PSOE clasista chirría tanto como un comunista con un chalet y piscina.

El comentario de Óscar Puente a la portavoz de Cs no es machista: no se empeñen ustedes. Es simplemente clasista. De un clasismo carca de abogado sin argumentos. Ahora que todo es machismo hay que recordar que el machismo es otra cosa. Y este recordatorio que lo anote Rivera también… ¡Qué falta hace recordar tantas cosas y que pocos párrafos tiene esta columna!

Puente se va ganando el puesto en lo nacional, con sus aciertos desde que se convirtiera en el hombre que susurra a Pedro Sánchez, y lo va perdiendo en lo local. Para sólo querer ser alcalde de Valladolid -como él defiende-, cada vez son más los vallisoletanos que dejan de quererle como alcalde. «Bien nos la ha mentido doblada», decía una socialista el otro día. Pero a Pedro y a él siempre les quedará Ferraz.

Uno puede aparentar ser una cosa un rato, no toda la vida. Y al alcalde de Valladolid le empieza a regurgitar demasiado a menudo una soberbia de prescolar. Para ser alcalde de Valladolid, como para cualquier cosa en la vida, lo más importante es no tomarse demasiado en serio. A Camba le funcionó.

Los alcaldes de Valladolid, después de Bolaños, no caen bien. Una conocida, hace años, se puso de parto a las ocho de la mañana y aguantó hasta las tres la tarde sin ir al hospital sólo para no cruzarse con León de la Riva. Puente sólo debe remontar el peor resultado de la historia del PSOE en la ciudad. O no. Sino siempre le quedará el modelo actual, que es el que ha exportado el PSOE a Madrid. Dice Jorge Francés que es la tiranía de la minoría. No, es la tiranía de la democracia.

«El fascismo se cura leyendo y el racismo se cura viajando»; receta de Unamuno, oiga. El clasismo vaya a saber el lector si tendrá cura. Y eso es lo que nos preocupa.