Antonio Piedra - No somos nadie

Queremos más España

«Seguimos enfrascados en la misma ratonera que se planteó ingenuamente en el 98»

Antonio Piedra
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Yo también me adhiero a la feliz iniciativa de Silvia Clemente –Presidenta de las Cortes de Castilla y León–, Jesús Quijano y Fernando Rey. No sólo firmo con esta columna el manifiesto que han titulado «Por el futuro de todos», sino que lo hago con las variantes del verbo ratificar que son infinitas. De estos sinónimos escojo sin complejos los más rotundos y significativos para esta ocasión histórica, y que son los siguientes: reafirmar, corroborar, sostener, defender, refrendar y acreditar. No es tiempo de medianías, o de medias tintas, ni de tintas coloreadas, sino de jurisdicciones clarísimas por una razón: porque el desconcierto reinante, tanto en pensamiento como en acción, se ha hecho solidario y amo de una situación irrespirable.

Ya está bien de flojerías dialécticas, políticas y legales a la hora del desayuno y de la cena. Cuando a Jorge Guillén le preguntaban en tiempos de la Transición sobre las autonomías –tiren de hemeroteca y ahí lo verán clarito y con letras de molde–, el gran maestro del 27 respondía sin componendas transitorias con una pregunta apabullante que no tenía réplica: «¿Y de quién voy a separarme yo?». Y claro, nadie decía ni mu porque a esta pregunta no había posible recambio. El gran poeta de Valladolid, remataba su argumentación con la historia que le respaldaba desde la romanización a la II República que fue la suya: «déjese usted de cuentos, queremos más España«.

La vigencia no puede ser más absoluta porque tampoco hoy, fuera de España, existe recambio al separatismo totalitario y trincón que pretenden algunos catalanes. Seguimos enfrascados en la misma ratonera que se planteó ingenuamente en el 98. Y seguimos en la misma dialéctica de comunicados, de narcisismos a muerte, y de pensamiento estéril con películas de arte y ensayo. No señor, aquí el problema no es España, sino los problemas concretos de los españoles, que es muy distinto. A esta cuestión crucial y sencillísima se nos responde desde la política y desde la judicatura –ahora incluso desde el ejército con esa birria de general pasmando reciclado por Podemos– proporcionándonos a tutiplén fórmulas pornográficas para consumir cerveza.

Qué tomadura de pelo. Como si no supiéramos que los niños vienen directamente de París y que la lírica no es más que una folladura a ras de tierra con una capa de mantequilla y otra con cabello de ángel. O sea, lo más parecido a eso que llaman los portugueses pao de Deus, pan de Dios. No señor, «queremos más España», tal y como se propone en este manifiesto «Por el futuro de todos«. La pregunta clave ahora es una y la misma: ¿hasta dónde esa petición? Hasta que la Constitución sirva para unir a España y los españoles, hasta que se agote la paciencia y entonces, qué remedio, haya que galopar con la poesía como recomendaba Rafael Alberti: «Hasta enterrarles en el mar«.

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