La Junta descarta la quema de rastrojos y el uso del rodenticida contra los topillos

Con una plaga de topillos que «va camino de convertirse en la de 2007» sobre el terreno, las organizaciones profesionales agrarias insisten día tras día en la aplicación de dos medidas: las quemas controladas y la aplicación de rodenticidas. Extremos que ayer la Junta de Castilla y León zanjó que no son posibles. Así lo manifestó el nuevo consejero de Agricultura y Ganadería, Jesús Julio Carnero, quien quiso dejar claro que «por unas o por otras circunstancias» -riesgo de incendios y prohibiciones legales- no se pueden «acometer esas acciones» y hay que «actuar» de manera «clara y rotunda» con las armas que «tenemos».

Éstas no son otras que la autorización de volteo de tierras , que en principio no se puede ejecutar hasta el mes de septiembre por «prescripción PAC», pero que se han autorizado con el fin de intentar atajar la situación, actuaciones sobre reservorios y la coordinación entre las distintas administraciones implicadas. «Sólo podemos solucionarlo si todos trabajamos en la misma dirección , apuntó Carnero.

Este mismo lunes hay una nueva reunión de coordinación entre las administraciones, a la que asisten responsables de distintas carteras de la Junta -Agricultura, Fomento y Medio Ambiente y Sanidad-, Confederación Hidrográfica del Duero -propietaria de algunos reservorios, como los canales- y las diputaciones provinciales -titulares de carreteras en cuyas cunetas han encontrado un hogar lo roedores-.

«Pico de población»

Estas «medidas» para combatir y «mirar de frente» el «pico de población de topillos» , que Carnero matizó que «ni mucho menos es como el de 2007» fueron ayer trasladadas al Consejo Regional Agrario, en una primera toma de contacto entre el consejero y las opas, que le dieron la bienvenida con los brazos abiertos y su beneplácito por ser un «conocedor del medio rural», y con el que, pese al buen ambiente, ya se hicieron patentes las primeras discrepancias. Además del uso de veneno y quemas que la Junta descarta, también mostraron distintas apreciaciones sobre el alcance de la plaga, que Agricultura acota a las provincias de Valladolid y Palencia y que los representantes de los trabajadores del campo apuntan que «se nos está yendo de las manos» y que «en las próximas semanas, desgraciadamente», alcanzará a «toda la Comunidad». En este línea, el presidente de Asaja de Castilla y León, Donaciano Dujo, aseguró que el tiempo «nos da la razón» al considerar que las medidas ya aprobadas «eran ineficaces». Mientras, Aurelio Pérez, de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), insistió en que «la plaga se extiende en los mismo lugares que en 2007 y, al igual que cuando un agricultor toma una decisión erróneas y paga la consecuencias en el cultivo, lo mismo tendría que pasar con las administraciones». Para Pérez, «no sabemos si se hacen seguimientos, informes y si se toman las decisiones correctas o no», por lo que pidió «trabajar de forma urgente por que en su día comentamos que la Orden actual solo servía para contar topillos y nada más, ya que el volteo de terrenos nada más se debe hacer cuando llueve. A los daños económicos se suman los de salud pública como los casos de tularemia y alguien debe dar explicaciones y responsabilizarse», enfatizó.

Para concluir, el coordinador de UCCL, Jesús Manuel González Palacín, significó que «en pleno siglo XXI la lucha química contra los topillos debería ser una herramienta utilizable, con responsabilidad eso sí junto a un buen manejo en la quema de rastrojos, para lo que hay que cambiar las cosas por que los focos son siempre los mismos y es preciso actuar cuanto antes para que no se extiendan».