Mesa inaugural del congreso, con la consejera de Familia, Alicia García; el Alcalde de Valladolid, Óscar Puente, y Fran Sardón, presidente de Predif
Mesa inaugural del congreso, con la consejera de Familia, Alicia García; el Alcalde de Valladolid, Óscar Puente, y Fran Sardón, presidente de Predif - Fotos: F.H.
Salud y Sociedad

El camino hacia la «in»dependencia

Castilla y León encabeza el ranking a nivel nacional de la asistencia personal con 320 usuarios, de los cuales cerca de un centenar son solicitados por usuarios con problemas de salud mental

Valladolid Actualizado: Guardar
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Cerca de 400 personas se han reunido esta semana en el I Congreso Internacional de Asistencia Personal, celebrado en Valladolid, con el objetivo de «saber qué es un asistente personal, cómo acceder a este recurso y entender que es un derecho subjetivo de la persona con discapacidad», explica el presidente de Predif estatal -entidad organizadora del evento-, Francisco Sardón, quien recuerda que es un derecho y un camino hacia una vida autónoma e independiente «al que aún poca gente accede por su desconocimiento», añade.

Una de las principales metas que se persigue desde las plataformas del tercer sector, y desde el Grupo de Trabajo de Asistencia Personal del Cermi estatal, es desarrollar plenamente una legislación y regulación de esta figura «que nos permita extenderla de forma que se incremente el número de beneficiarios, lo que también debe ir de la mano de una mejora de las aportaciones económicas de la Ley de Dependencia hacia las personas con discapacidad que garanticen su acceso y no lo conviertan en un recurso elitista», reclama Sardón.

Rodrigo es una persona con un problema de salud mental que en un momento determinado «solicité el recurso de asistencia personal». El cambio en su vida ha sido importante, «porque ahora tengo a alguien que me escucha, me acompaña a los sitios y con el que comparto actividades que me gusta hacer». Otra de las características que Rodrigo destaca del asistente personal «es el clima de confianza que se crea entre esta persona y yo, al ser un servicio personal e individualizado, lo que es imposible con otros recursos», destaca.

Tanto es así, que Rodrigo ha formado parte de la formación en asistente personal para personas con problemas de salud mental coordinado por la Federación Salud Mental Castilla y León, y que se ha desarrollado de la mano de su asociación «El Puente», en Valladolid.

400 personas se han reunido en esta primera cita europea celebrada en españa

En esta misma formación, pero como técnico, ha participado Mónica, «para complementar mi cualificación en Geriatría y profundizar más acerca de este recurso», al que califica como «mejor que otros porque es más directo y te permite conocer más al receptor y sus necesidades».

Formación

Este modelo de formación se corresponde con el planteado desde el grupo de Trabajo del Cermi estatal «basado en 50 horas de cualificación donde se abordan derechos, el concepto de vida independiente, modelos de atención basados en la empatía y el respeto a la persona, entre otros muchos conceptos más», explica Francisco Sardón. A ello se suma «la formación que aporta el propio receptor del recurso y que se encargará de ir indicando a su asistente», añade. Precisamente, Gloria es una mujer con problemas de salud mental que desde su experiencia ha querido formarse, con la asociación Alfaem Salud Mental León, como asistente personal «porque creo que mi experiencia puede trasmitir confianza, seguridad y hablar sin miedo conmigo».

cualquier persona con una discapacidad reconocida puede solicitar un asistente personal

Castilla y León es la Comunidad que más prestaciones ha realizado en asistencia personal durante el pasado año en todo el territorio nacional, «con una cifra de 320 usuarios, lo que nos sitúa como un referente y a lo que se suma una regulación también más avanzada, pero sobre la que seguimos trabajando y por lo que nos convertimos en la sede de este encuentro internacional», expone Sardón. No obstante, el presidente de Predif estatal y Cermi regional reclama una mayor difusión de la figura «porque demuestra una gran eficacia en la mejora de la autonomía de las personas con discapacidad», a lo que se suma el hecho de ser un recurso «mucho más económico que los modelos institucionalizados, además de ser un nicho de empleo».

En cuanto a las personas que pueden acceder a un asistente personal «son aquellas que tengan una discapacidad reconocida por la administración pública, que esté dentro de los canales de la Ley de la Dependencia y que, por lo tanto, se le reconozca como un posible preceptor del mismo», explica Sardón. Se trata del recurso más individualizado y personalizado, «y que se adapta a la persona y a sus demandas, de dónde y cuándo quiere la asistencia, y no a la inversa como sucede con otras herramientas del sistema».

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