Antonio Piedra - No somos nadie

El bolo

«La historia, la documentación, y el estudio objetivo, dicen que fue León como reino, y no Cataluña -que nunca pasó de condado o señorío subrogado-, quien ostenta esa primacía democrática y científica»

Antonio Piedra
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Últimamente Carles Puigdemont, el presidente de la Autonomía catalana, vive más en EEUU que en Cataluña. En menos de 15 días ha cruzado el charco 2 veces para vender su independencia como estado asociado al mejor postor. O a ver si algún demócrata, como Carter, pica en el anzuelo para enterrar una democracia y crear otra peor, que en proximidad sería lo más parecido a una dictadura. A esto lo llaman en mi pueblo, que no entienden de política y ni falta que les hace -con el queso pata de mulo tienen suficiente-, hacer el bolo. Algo que se aplica al cazador que se echa al monte y no cobra pieza, cuando alguien monta un negocio y sale por peteneras, o si un tontaina no acierta en nada y encima está confuso.

O sea, un bolo con pitorro.

En la primera visita del muy honorable catalán a la Universidad de Harvard -allí dio una conferencia el pasado 27 de marzo- asombró a una concurrencia escasísima y ayuna en conocimientos históricos, políticos y sociológicos. A este inventor de teorías sensacionales -no habló desde la cátedra Eliot Norton por la que pasan los grandes como Einstein, Stravinsky o Jorge Guillén, sino en una aula para conferenciantes de quinta categoría- se le ocurrió decir la pelmada del bolón que se cree que su tontería supone una descubrimiento científico planetario: que Cataluña fue la cuna del parlamentarismo mundial. O sea, la misma chorrada que vender a Leonardo, Colón y Santa Teresa como catalanes. Un bolo sin peana.

Ha tenido que llegar el alcalde de León, Antonio Silván, para que el bolo de Gerona se viniera abajo con un levísimo viento de la historia. En una carta, que se ha hecho viral -cosa rara en cultura que da igual Julio César que Julián Cerezas-, el leonés le ha recordado al independentista que la bolería no llega a tango porque ni siquiera bien agarrada se mantiene de pie en el primer cruce de piernas. La historia, la documentación, y el estudio objetivo, dicen que fue León como reino, y no Cataluña -que nunca pasó de condado o señorío subrogado-, quien ostenta esa primacía democrática y científica. Y lo más jodido en política para bolos: que hasta la Unesco -ese organismo que ha callado con alevosía a favor de Cataluña y en contra de Castilla y León con el archivo de Salamanca- también lo reconoció en 2013. Un bolo boca abajo.

Ayer sábado nos enteramos que el jefe de la Generalidad ha vuelto a viajar a EEUU -esta vez en secreto- para hablar media horeja con el ex presidente Carter. Otro bolo de la bolería internacional que cuenta la historia al revés. Hombre, Carles, si hubieras ido a hablar con Bill Clinton, te hubiera repetido lo que dijo al respecto en cuestiones capitales siendo Presidente: «Ser presidente se parece mucho a administrar un cementerio: hay mucha gente debajo de nosotros y nadie nos hace ningún caso». O sea, que entre bolos anda el juego.

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