El arzobispo de Burgos advierte que «el ascensor de la movilidad social se ha estropeado»
El religioso demanda un sistema de garantía de ingresos mínimos
El arzobispo de Burgos, Fidel Herráez , ha advertido hoy que «el ascensor de la movilidad social se ha estropeado», con muchos españoles al margen de la recuperación, y a su juicio «asistimos a una protección social insuficiente» por lo que ha demandado un sistema de garantía de ingresos mínimos estatal.
En rueda de prensa este martes en Burgos para presentar la memoria de Cáritas del año pasado y ante la especialmente precaria situación de algunas familias numerosas, monoparentales o con algún miembro con discapacidad en esa provincia, Herráez ha urgido medidas de apoyo para estas personas, con medidas «fiscales y de conciliación».
También ha expresado su preocupación por los jóvenes que han abandonado los estudios y no trabajan ; la inmigración; y el problema de la vivienda, ante el que Cáritas sugiere incentivar políticas garantistas.
De hecho, para el arzobispo de Burgos «asistimos a una protección social insuficiente» por lo que ha demandado un sistema de garantía de ingresos mínimos de ámbito estatal.
Asimismo ha expresado la preocupación de la entidad por la despoblación y el envejecimiento del mundo rural, que genera situaciones de aislamiento y exclusión, y por el cambio climático, que perjudica especialmente a los más pobres.
Cáritas Diocesana atendió el pasado año en Burgos a 6.446 familias (8.890 personas) y de ellas 1.732 recibieron ayudas económicas directas para garantizar derechos básicos, como alimentación, vivienda, sanidad y educación, pese a que la organización cerró 2018 con un déficit de 220.000 euros.
Responsables de la entidad diocesana han presentado esta mañana la memoria de 2018, que refleja que las cifras de personas atendidas desde los diferentes programas de Cáritas se mantienen desde 2014, año en que se superaron las 6.000 familias, lo que indica que, pese a los datos macroeconómicos, la crisis no ha terminado para muchas personas.
Fidel Herráez ha afirmado en la presentación de la memoria que «el ascensor de la movilidad social se ha estropeado» y son muchos los que han quedado al margen de la recuperación, como los 8,5 millones de españoles viven en el marco de la exclusión .
Según la memoria, la precariedad del empleo y el incremento de los precios, especialmente el de los alquileres, han dejado al margen de la recuperación a un buen número de familias; de forma que el 23% de las familias atendidas el pasado año disponían de ingresos procedentes del trabajo y otro 23% recibían una pensión o algún tipo de prestación, aunque el dinero no llegaba para cubrir sus necesidades.
Además, el 55% son familias con menores a cargo y un 17%, monoparentales, lo que pone de manifiesto que los hogares sustentados por mujeres están prácticamente condenados a la exclusión, según ha detallado la coordinadora de Acción Social, María Gutiérrez.
El director de Cáritas, Enrique Simón , ha destacado también el descenso de donativos a Cáritas en 2018, que considera que puede deberse a la «errónea percepción de la salida de la crisis y una cierta pérdida de sensibilidad», dado que es el tercer ejercicio en el que se registra esta reducción.
El pasado año, los recursos de la entidad diocesana alcanzaron los 3.864.883,34 euros, pero se invirtieron 4.085.003,70 euros en los distintos programas que se desarrollan en 87 espacios de la diócesis.
Simón ha asegurado que Cáritas afronta su situación «con serenidad pero también con preocupación», y ha apelado a la sociedad para que siga colaborando. Buena parte de los recursos de Cáritas proceden de convenios y subvenciones públicas (algo más del 43%), un 21,57% de donativos, herencias y legados y un 13,47% de organismos de la Iglesia y campañas.
La aportación de los socios supone un 10,11% de los recursos y las de fundaciones y entidades privadas un 7,93%.
