El acusado llega este miércoles a la Audiencia Provincial de Toleo
El acusado llega este miércoles a la Audiencia Provincial de Toleo - Ana Pérez Herrera

Ángela: «Mi físico no está como antes; me veo y no me gusto»

La maestra herida en Talavera de la Reina por un disparo siempre tiene que ir acompañada cuando pasea por la ciudad

Toledo Actualizado: Guardar
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Con la voz temblorosa por la emoción, la maestra de 28 años Ángela Sánchez Oliva revivió este miércoles en público la experiencia más traumática de su vida y que pudo haber acabado con ella. Se la contó al tribunal de la Audiencia Provincial de Toledo, que juzga si el acusado Adrián Belda Retamal quiso asesinar a la joven el 9 de julio de 2014 cuando caminaba por Talavera de la Reina, según mantiene el Ministerio Fiscal.

Ángela pasaba a la altura del número 8 de la calle Alfares en el momento en que el procesado, al que no conocía, le disparó con un rifle desde el interior de un portal. Las secuelas físicas en Ángela se resumen en un dato: esta maestra de inglés sufre un grado de discapacidad reconocida del 40 por ciento.

Después del suceso, necesitó ayuda de terceros durante cinco meses para llevar a cabo todas las actividades básicas de la vida diaria. «Me quedé totalmente discapacitada», dijo.

Todavía ahora, casi tres años después, no oye bien por el oído izquierdo, también ha perdido sensibilidad en la mano izquierda y todavía está ejercitándose para rehabilitar completamente todo ese brazo, aunque sigue trabajando en la escuela.

Este miércoles se retiró el pelo para que el tribunal atisbara parte de la «hermosa cicatriz» que tiene dibujada en la parte derecha de la cabeza, una horrible huella oculta por su melena. «Mi físico no está como antes; me veo y no me gusto», sentenció.

«Recordar todo aquello es muy duro para mí», afirmó la maestra, que no ha recibido ninguna ayuda ni indemnización. Pese a sus secuelas físicas, las psicológicas son, si cabe, más profundas. «A Talavera no voy sola, voy siempre acompañada», desveló este miércoles Ángela, vecina de Los Navalmorales. Unas palabras que el acusado escuchó ayer a un metro de distancia.

El fiscal pide para Adrián Belda Retamal, en prisión provisional desde que fue detenido por este suceso, 19 años y 9 meses de cárcel por los delitos de asesinato en grado de tentativa, robo y tenencia ilícita de armas, además de una indemnización de 737.115 euros para la maestra.

El rifle con el que disparó a Ángela no era suyo. Lo sustrajo de una vivienda de la calle Alfares que su propietario utiliza para guardar las armas y donde, por ejemplo, sus hijos estudian.

El encartado explicó al tribunal que se coló en el domicilio a través de la terraza y que encontró, oculta en un cajón, la llave de un armero de madera que le permitió abrirlo y coger el rifle con el que luego disparó a Ángela. En su descargo, aseguró que desconocía si el arma estaba cargada porque no tenía conocimiento de armas.

Pero esta excusa de Adrián la echó por tierra luego el propietario del rifle, quien explicó que en el armero guardaba cuatro rifles y cuatro o cinco escopetas, que ninguna estaba cargada y que pudo haber encontrado algún cartucho suelto en el mueble.

Restos de pelos y sangre

El dueño del rifle, que reside habitualmente en el piso inferior, sospecha también que Adrián tuvo que ir más de un día a la vivienda, porque la llave del armero era «difícil de encontrar». Apuntó que el acusado podría haber dormido la noche antes en la vivienda donde está el mueble de las armas, ya que encontraron restos de pelo, sangre y evidencias de que el baño había sido utilizado.

Ángela no fue la única víctima del disparo de Adrián. Una mujer explicó a la sala que recibió un balín «de rebote», por lo que tiene un oído dañado y un codo dolorido desde entonces.

Antes de comenzar el juicio, las partes intentaron llegar a una conformidad, pero no hubo un acuerdo en la indemnización que reclama Ángela.

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