Luis Carlos Buitrago, declarado culpable del asesinato de su pareja en Seseña en 2017

Por unanimidad, el jurado popular considera que el testimonio del acusado fue «poco creíble, contradictorio y con ánimo exculpatorio»

Luis Carlos Buitrago García Efe

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Por unanimidad, un jurado popular ha considerado esta tarde culpable a Luis Carlos Buitrago García del asesinato de su compañera sentimental Julissa Denisse Letechy , ocurrido en Seseña la noche del 27 de enero de 2017. Para los nueve miembros del tribunal, la declaración del acusado, un colombiano de 51 años, ha sido «poco creíble, contradictoria y con ánimo exculpatorio». Según el veredicto, para el que emplearon dos horas, la agresión a la mujer, madre de un hijo, fue «bestial» y ella «no pudo defenderse». Murió golpeada salvajemente y asfixiada con un cinturón negro de la marca Guess.

El jurado está convencido de que Julissa, una ecuatoriana de 42 años, sí abrió la puerta a su pareja y que la muerte se produjo entre las 23:50 y las 23:55 . Durante esos cinco minutos, Luis Carlos no estuvo enviando mensajes -99 en total en apenas media hora, la mayoría monosilábicos- al teléfono de la víctima, y a los que ella nunca contestó. Además, según el tribunal popular, ese intervalo es compatible con la conclusión del informe forense, que estableció la data de la muerte sobre las 23:00.

Para el jurado tampoco «tiene sentido» que el acusado se fuera a un club de alterne esa noche, después de llamar al domicilio de la urbanización El Quiñón, porque Julissa no le abría la puerta, según Luis Carlos. Para el tribunal, lo más lógico habría sido llamar a terceras personas o a un cerrajero, si ella no contestaba.

Afirman, asimismo, que el encartado intentó manipular el cadáver cuando entró en la vivienda a la mañana siguiente, una maniobra que una vecina le impidió llevar a cabo.

Igualmente, desconfían de que la relación entre la pareja fuera buena y de que tampoco discutieran a menudo, como él había afirmado. Este punto lo justifican con que Luis Carlos ya había sido condenado por agredir a su pareja sentimental en la vía pública.

Sobre la colilla con el perfil genético de Luis Carlos que había debajo del cadáver de Julissa, el tribunal considera que el resto del cigarrillo cayó en el momento en que el acusado mataba a su pareja. Para argumentar esta circunstancia, los miembros del jurado aluden a unas palabras del propio procesado, quien había manifestado que Julissa mantenía siempre la casa muy limpia.

Sin embargo, descartan que otra persona entrase al edificio para matar a Julissa, como constataron las cámaras de videovigilancia del edificio, y al tribunal le sorprende que la ventana del baño por la que Luis Carlos accedió a la vivienda el 28 de enero estuviese abierta de manera involuntaria en pleno mes de enero. «El acusado se preparó su coartada» , concluyó el jurado.

Con todo, el ministerio público mantiene su petición de 25 años de prisión para Luis Carlos, con el agravante de parentesco, además de solicitar una indemnización de 100.000 euros para el hijo de Julissa. La fiscalía también reclama libertad vigilada durante cinco años, una vez que el acusado salga de prisión, si no es expulsado de España. Por su parte, la defensa, que solicitaba la absolución antes de conocerse el fallo, ha requerido al magistrado-presidente del tribunal la pena legal mínima para el delito de asesinato.

«Soy inocente; se lo juro por mi madre»

A la vista del veredicto inculpatorio, a Luis Carlos no le sirvió su imploración en el uso de la última palabra horas antes. «Soy inocente; se lo juro por mi madre, mis nietos y mis hijos», dijo entre lágrimas al jurado. Así cerró la última sesión, en la que el fiscal y la defensa dieron lectura a sus informes definitivos.

No hubo sorpresas. El fiscal jefe provincial, Antonio Huélamo, mantuvo la acusación de asesinato contra Luis Carlos. Durante una extensa y reiterativa intervención, que duró casi dos horas, fundamentó su acusación en las grabaciones de la videovigilancia en el edificio, en las que se ve a Luis Carlos entrar y salir del bloque en el intervalo en el que se produjo la muerte; en el ADN del imputado hallado en el cinturón negro de Guess que se usó para estrangular a la víctima; en una colilla con el perfil genético del procesado y en unas manchas de sangre sin identificar halladas en una cazadora del encartado.

También se refirió a las contradicciones de Luis Carlos en sus declaraciones en la fase de instrucción y en que el reo fue condenado en una ocasión por golpear a Julissa en la vía pública. Para apuntalar sus palabras, el fiscal aludió a la investigación minuciosa de la Guardia Civil, que descartó el robo por parte de una tercera persona y también que hubiera una pelea previa a la muerte de Julissa, «que no tuvo tiempo de defenderse». «Según las grabaciones, [el acusado] dispuso de casi diez minutos para estar dentro de la casa para matar a la víctima», recalcó Huélamo en la lectura de sus conclusiones definitivas.

El fiscal describió el carácter del reo en la sala como frío, distante y retador, además de acusarle de mentir al jurado y al presidente del tribunal, Alfonso Carrión.

«Insuficiencia probatoria»

Sin embargo, la defensa centró su exposición de 45 minutos en plantear al jurado el principio jurídico «in dubio, pro reo» (en caso de duda, en favor del procesado), ya que, para el abogado de Luis Carlos, había una patente insuficiencia probatoria. «En este procedimiento hay muchas dudas», aseguró el letrado, quien se cuestionó que hubiera siquiera una discusión entre la pareja antes del crimen, como sostienen la Guardia Civil y la fiscalía. Para la defensa, su cliente no entró en el domicilio para matar a su compañera y el letrado explicó al jurado por qué no pudo tampoco asesinarla: «No puedes estrangular a una persona cuando mandas mensajes y estás fumando», ilustró.

Según el abogado, el cinturón negro de Guess no fue el arma del crimen y en las manos de su cliente tampoco había restos biológicos de la víctima por esa supuesta pelea antes de morir. «No hay prueba de que Julissa estuviera viva antes de que Luis Carlos fuera a la puerta del domicilio», afirmó en su exposición.

Para la defensa, tampoco estaba acreditado que el procesado agrediese a la víctima porque «no se escucharon gritos ni golpes» en un edificio en el que «se oye todo, según los vecinos». Y sobre el castigo a Luis Carlos por agredir a Julissa en una pelea, el abogado recordó que a la mujer también se le condenó por esa misma discusión.

Acerca de las grabaciones, el letrado intentó sembrar la duda con que la Guardia Civil «no investigó si una persona pudo escalar» hasta el domicilio de la pareja, un tercer piso.«Hay unas huellas en una persiana y semen de otra persona en un 'salvaslip', pero no se contrastaron datos. Se abandonaron sin más. La investigación fue en una sola dirección», expuso la defensa, que concluyó que «no existe una verdadera prueba de cargo».

Sin embargo, el jurado popular ha declarado por unanimidad culpable a Luis Carlos, que ahora está a la espera de que el magistrado-presidente del tribunal le imponga la condena en los próximos días.

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