Muere a los 97 años el sacerdote Jaime Colomina Torner

Era canónigo emérito de la catedral primada y muy querido en la ciudad

Jaime Colomina Torner ABC

M.J.MUÑOZ

Ha muerto este lunes, 15 de junio, monseñor Jaime Colomina Torner, canónigo emérito de la catedral primada de Toledo. El sacerdote, muy querido en la ciudad, fue nombrado Hijo Adoptivo de Castilla-La Mancha en 2011 por el Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha por su contribución a que el patrimonio documental toledano haya sido mejor conservado y más difundido.

Colomina era miembro de la Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas, canónigo de la Catedral, la Biblioteca Pastoral y profesor del Seminario y autor de numerosas publicaciones, y publicó numerosos artículos en el diario ABC de Toledo.

Natural de Pobla de Lillet (Barcelona), era licenciado en Filosofía y Letras y en Filosofía pura, y era doctor en Teología. Durante casi cincuenta años fue profesor en el Instituto Teológico San Ildefonso y ejerció la responsabilidad de rovicario general del Arzobispado. También fue director del Instituto de Estudios Visigótico-Mozárabes.

El sacerdote Jorge López Teulón ha dicho de él que « Don Jaime ha sido un referente en nuestra Archidiócesis en muchos campos , y quiero destacar su labor en pro de las causas de canonización de los mártires de nuestra Archidiócesis de Toledo . Puedo decir que de él recogí el testigo, tras sus muchos años al frente de la delegación para las Causas de los Santos, en estas tareas».

«Dos libros quedan para la historia. El primero de base para el Martirologio en que sigo trabajando. A mano, montones de sus notas mecanografiadas. Se trata de su libro: Testigos de sangre y vida. Mártires de 1936 y santos toledanos, publicado en 2006. Creo un mapa martirial de la Ciudad de Toledo con el subtítulo 'Recuerdo de los que dieron su vida aquí, en testimonio de la fe católica'. Explicaba que Toledo ha recibido diversos títulos: Ciudad regia, Ciudad Imperial, Ciudad de las Tres Culturas… todavía le pertenece otro: Ciudad martirial . Aquí es donde monseñor Colomina formula la afirmación según la cual desde ese 304 hasta que estalla la Guerra Civil española no hubo más mártires en el suelo diocesano. Y cómo no escuchar, decía don Jaime, lo referido por san Juan Pablo II 'Es un testimonio que no hay que olvidar… es preciso que las iglesias locales hagan todo lo posible por no perder el recuerdo de quienes han sufrido el martirio' (Tertio Millennio Adveniente, nº 37). Y él, lo hizo»

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