Hacia el presupuesto de 2020: la dulce conquista de Page

Las cuentas de Castilla-La Mancha ya han llegado a las Cortes y serán aprobadas en diciembre. Esta vez será un camino de rosas para el PSOE, sin las espinas de Podemos

Emiliano García-Page, durante la pasada campaña electoral PSOE
Valle Sánchez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Mientras el país se prepara para una nueva cita electoral -aún con los presupuestos en vigor que aprobó Cristóbal Montoro en 2018-, y en otras regiones, como Madrid, las cuentas se prorrogan por las incertidumbres económicas y políticas, aquí, en Castilla-La Mancha, el Gobierno del PSOE, con la abultada mayoría absoluta que consiguió Emiliano García-Page en mayo, trabaja con tranquilidad y cumpliendo los plazos. El lunes pasado se celebró un Consejo de Gobierno extraordinario para aprobar el proyecto de ley de presupuestos de la Junta para 2020, con lo que se cumple el Estatuto de Autonomía, que establece que deben de estar aprobados antes del 1 de octubre.

Inmediatamente, el proyecto de ley, que pasó durante el mes de septiembre el filtro del Consejo Consultivo con solo el reparo de un consejero, se remitió el martes a las Cortes regionales en el último día estipulado, para ser debatido y, con toda seguridad, aprobado con la mayoría absoluta del PSOE en los últimos días de diciembre con el objetivo de que ya esté operativo el 1 de enero de 2020.

Políticas sociales

Esta semana, el consejero de Hacienda y Administraciones Públicas de Castilla-La Mancha, Juan Alfonso Ruiz Molina , anunciaba que la partida para el año 2020 superará los 10.500 millones de euros , de los que más de la mitad se destinarán a políticas sociales, entre ellos 2.935 millones de euros paras Sanidad, que supone casi un tercio del presupuesto financiero total de la Junta para el próximo año.

La tramitación de las cuentas del presupuesto ha pasado casi desapercibida en los medios de comunicación de la región, nada que ver con lo que ocurrió en la legislatura pasada, cuando el PSOE gobernaba con Podemos, que sometió al gobierno de García-Page, sin mayoría parlamentaria, a ultimátums y presiones de tipo, uno situación que llegó a su punto álgido el 7 de abril de 2017, cuando las Cortes de Castilla-La Mancha rechazaron, con los votos a favor de PSOE y el voto en contra de PP y Podemos, los presupuestos de la Junta de Comunidades para 2017, que ascendían a 8.919,8 millones de euros, con un techo de gasto de 5.960 millones.

Tras varios meses de negociaciones, la decisión de Podemos de tumbar los Presupuestos de García-Page f ue toda una sorpresa y se convirtió en noticia nacional. Fue un debate intenso en el Parlamento, que se prolongó durante casi 18 horas, y que terminó con el acuerdo alcanzado entre PSOE y Podemos que incluía un Plan de Garantías Ciudadanas dotado con 120 millones de euros. La decisión dejó a García-Page en una difícil situación y le hizo vivir, según confesó después, uno de los peores momentos de su vida política. En minoría y sin presupuestos, la situación política de Castilla-La Mancha quedaba herida gravemente, aunque, meses después, en julio, el bloqueo llegó a su fin.

El presidente de Castilla-La Mancha llegó a un acuerdo de fondo con el secretario regional de Podemos, José García Molina , para aprobar el presupuesto con el objetivo de garantizar la estabilidad también en lo que restaba de legislatura, un acuerdo que permitió a la formación morada entrar en el Gobierno con una Vicepresidencia, que ocupó el propio García Molina y asumir la coordinación del Plan de Garantías con la creación de una Consejería que ocupó Inmaculada Herranz . Esa entrada en el Gobierno fue, meses después, la tumba de Podemos en Castilla-La Mancha, que murió tras gozar del poder durante casi dos años con su debacle en las elecciones autonómicas del pasado mes de mayo, cuando el partido de Pablo Iglesias desapareció del Parlamento regional. La derrota provocó la dimisión en bloque del Consejo Ciudadano de Podemos, incluido su líder J osé García Molina.

 Tras su flamante victoria, García-Page calificaba la «caída» de Podemos como «global en toda España» y destacaba que en la región había sido «enormemente contundente». Además, desveló que en Castilla-La Mancha, tras las elecciones del 2015, ofreció a Podemos entrar en su Gobierno «y me dijeron que con nosotros no iban ni a misa, que somos impresentables, pero luego, a la vuelta de dos años, pensaron que les convenía más estar en el Gobierno por aquello de la visibilidad, y me lo hicieron saber de una forma bastante lamentable: votando en contra de unos presupuestos que habíamos pactado casi al milímetro con ellos».

García-Page fue muy duro e irónico con el entonces líder general de Podemos en Castilla-La Mancha, José García Molina, que fue su vicepresidente segundo durante casi dos años, aunque sus relaciones nunca fueron buenas. En una ocasión, le recordó que una vez dentro del Gobierno «lo que hay que hacer es trabajar», una frase demoledora dirigida a los que fueron sus socios de gobierno.

Sin ataduras

Ahora, sin ataduras, García-Page lleva a las Cortes unos presupuestos a su medida con los que pretende, según ha dicho en varias ocasiones, dar «un gran impulso» de las políticas de empleo con el objetivo de dar cumplimiento al compromiso de crear 100.000 nuevos empleos en esta legislatura, para dar un un paso importante en materia de creación de puestos de trabajo. «Esta estrategia que plantearemos será la matriz de todos los cuatro años. Tenemos la clave de trabajar con perspectiva de ser el marco para toda la legislatura en empleo, en expansión social y en la consolidación de los grandes servicios públicos», dijo.

Con su mayoría absoluta, el presidente García-Page no tendrá ningún problema para aprobar las cuentas y ponerse a trabajar, aunque a la oposición no le gusten demasiado y adviertan de ciertos peligros. Así, el presidente del PP en Castilla-La Mancha, Paco Núñez, aseguró que las cuentas anuales de la región «no servirán para mucho» porque tendrán que ser modificadas cuando se aprueben las cuentas nacionales y una vez se conforme el nuevo gobierno. Además, afirmó que los presupuestos no dan respuesta a cuestiones «fundamentales» como la deuda pública de la región, que asciende a 14.998 millones, ni tampoco contempla una bajada de impuestos.

También el presidente del Grupo Parlamentario Ciudadanos, Alejandro Ruiz, insistió en que «no le salen las cuentas» del techo de gasto y afirmó que la prioridad tiene que ser «revertir» la situación que generó el Gobierno del Partido Popular y que, en su opinión, el presidente Emiliano García-Page «no ha empezado a revertir».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación