El secuestro del empresario tuvo lugar en una calle próxima al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife (en la imagen)
El secuestro del empresario tuvo lugar en una calle próxima al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife (en la imagen) - ABC
Sucesos

Dos detenidos por el asesinato de un empresario familia de Willy Toledo

Su cadáver fue encontrado calcinado en el maletero de su coche. Policía y Guardia Civil no descartan nuevas detenciones

Santa Cruz de Tenerife Actualizado: Guardar
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Fue en la noche del último día 15 cuando el cadáver del empresario Raimundo Toledo, cuya identidad no pudo conocerse hasta días después, fue encontrado, calcinado, en el maletero de un coche. El vehículo había sido despeñado desde lo alto del barranco de San Miguel de Abona, al sur de la isla de Tenerife. De momento, son ya dos los detenidos por el asesinato del empresario, familiar del actor y activista político «Willy» Toledo y con intereses en el sector de las gasolineras, aunque la Policía y la Guardia Civil, que llevan a cabo las investigaciones, no descartan nuevas detenciones, según ha podido saber ABC de fuentes policiales.

Fue una llamada la que alertó a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de la posibilidad de que se hubiera producido un secuestro en Santa Cruz de Tenerife, donde residía Toledo.

Solo horas después se produjo el hallazgo del cadáver del empresario en el maletero de un coche a alrededor de 75 kilómetros de la capital tinerfeña, donde sus gritos de auxilio habían alertado a la mujer que llamó para avisar de lo sucedido.

En solo días, Policía y Guardia Civil han detenido ya a dos personas: una mujer de origen cubano y pareja de un sobrino del empresario y un hombre, nacido en Australia, aunque con raíces en Sudamérica y con antecedentes por delitos de menor importancia, según avanzaron los rotativos locales «La Opinión de Tenerife» y «Diario de Avisos». Los investigadores no descartan nuevas detenciones en las próximas horas. La causa sigue bajo secreto de sumario.

Raimundo Toledo, de 68 años, era el presidente de una red de estaciones de servicio en la isla tinerfeña, aunque también tenía intereses empresariales en otros sectores. Cuando los bomberos sofocaron las llamas del coche despeñado desde lo alto del barranco, se encontraron con su cadáver en el maletero. Fue un llavero el que permitió conocer la posible identidad de la víctima, lo que después confirmarían las pruebas forenses.

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