Seis zonas de terrazas que molestan para pasear en la Playa de Las Canteras, Gran Canaria
El PP ha anunciado su interés por pinchar la burbuja de terrazas en la playa urbana más importante de la UE. Con el argumento del empleo que genera la restauración étnica, los paseantes, estorban
Las Palmas de Gran Canaria Actualizado: GuardarEl ex alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona, del Partido Popular, ha pedido "rebobinar" en las autorizaciones de terrazas en la Playa de Las Canteras. Los vecinos no comprenden qué intereses privados y públicos hay para que el litoral se haya convertido en una pasarela donde los que molestan son los paseantes. Nadie denuncia esta situación por corrección política. Siempre que los vecinos advierten sobre estas presuntas ilegalidades, las autoridades advierten de la pérdida de puestos de trabajo.
123456Una aventura por Peña La Vieja
Pasillo humanitario, esta semana, en Las Canteras - ABC Mamparas metálicas de separación entre negocios incluidas. El PP ha dicho esta semana que el Ayuntamiento de la capital grancanaria "debe empezar a abordar un mayor control del numero de mesas y sillas en el paseo". Para Cardona, "hoy deberíamos empezar a rebobinar un poquito lo hecho" y "empezar a ordenar de una manera mucho más racional este asunto".
Sortear barreras en Olof Palme
Acceso a Las Canteras desde Olof Palme - ABC En esta zona hay al menos cuatro terrazas diferentes. Pocos metros de espacio para el tránsito de ciudadanos y vehículos de emergencia. El pasillo entre las terrazas y los restaurantes lo ocupan los negocios para ubicar sus mesas de servicio. Los vecinos recuerdan que a este concepto de negocio en la ciudad le llamaron "corredor ambiental" porque era la forma de definir la diferentes sensibilidades de actividades de hostelería.
Vuelta y vuelta
Otro pasillo por el que transitar entre la oferta de gastronomía étnica de Las Canteras - ABC El modelo de negocio de terrazas ha generado que ya no sea normal pasear. Hay espacio para transitar en fila india. Hace años, esta zona entre las calles Olof Palme y Pelayo eran de las preferidas por los grancanarios. El desmadre administrativo entre Costas y el Ayuntamiento de la ciudad de Las Palmas y la corrección política por el empleo ha provocado el que usuario de la playa no pueda protestar. Sin embargo, el turista que está fidelizado al destino toma nota.
En 2014, la Dirección General de Costas ordenó la retirada de esas terrazas porque ocupan "la servidumbre de tránsito del dominio público marítimo terrestre". Para Costas, las sillas y mesas no pueden estar en el lado exterior del paseo, o sea, junto a la barandilla. El permiso es para las zonas del interior. Las autoridades municipales se esconden en miles de trámites para no responder a los requirimientos.
Balneario seco por Luis Morote
En esa zona de Las Canteras hay un Balneario - ABC Al lado del Hotel Reina Isabel, asediado por una calle peatonal que los vecinos nunca apoyaron, este negocio, de cuatro estrellas y recién reformado, conviven un servicio municipal, que es el Balneario de Las Canteras, heladerías italianas, tiqueteros de comida italiana y artesanía subsahariana u oriental fabricada en algúna factoria asiática.
De belleza sin par en La Puntilla
Zona próxima al Club Victoria - ABC La Ley de Costas indica que el dominio marítimo terrestre permite actividades de seis metros desde la ribera del mar. Las inmediaciones del Club Victoria tiene un laberinto de mesas, sillas, carteleria y camareros que pugnan por clientes. Los vecinos se quejan de la falta de control municipal. Es la parte de la playa de Las Canteras que tiene buena acogida entre los turistas nórdicos en invierno. El sistema métrico internacional no se rige en esta área para controlar los espacios donde la hostelería se hace su agosto entre octubre y marzo.
Playa Chica
Pararse a ver el mar en la parte de Muro Marrero no es posible - ABC Los ciudadanos y turistas quieren pasear sin ser un estorbo. Tienen prioridad pizarras, comerciales de mesas que no hablan español o camareros con bandejas metálicas cruzando. Y eso sin contar con los vendedores ambulantes. Turistas de larga estancia y ciudadanos suelen coincidir en una cosa: Piden una playa normal. No están en contra de la economía. Rechazan ocupación junto a la barandilla.
