Cientos de cabras muertas estaban esparcidas en esta granja de Calasanz (Huesca)
Cientos de cabras muertas estaban esparcidas en esta granja de Calasanz (Huesca) - Guardia Civil
Sucesos

Detenida una pastora por matar de hambre a 346 cabras en la provincia de Huesca

Agentes del Seprona se encontraron a otro puñado de animales agonizantes y dándose dentelladas entre sí

Zaragoza Actualizado: Guardar
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Una pastora de la comarca oscense de La Litera ha sido detenida por matar de hambre a 346 cabras, prácticamente todo su rebaño. Sin comida ni bebida, los animales fueron pereciendo en masa días atrás. Ahora, su dueña ha quedado imputada por un delito de maltrato animal, por el que podría enfrentarse a una condena de entre 6 y 18 meses de prisión.

«La estampa era macabra, horrible», han explicado los agentes que se toparon con la escena de la granja llena de cadáveres de animales. Cuando llegaron los agentes del Seprona de la Guardia Civil solo se encontraron con un hilo de vida a 36 cabras. Eran las únicas que habían resistido a la inanición. Eso sí, no pocas de ellas estaban ya agonizando, y otras se esforzaban por darse dentelladas ante la desesperación del hambre acumulado.

«Nunca había visto algo tan espeluznante y deshumanizado», ha dicho el jefe del Seprona en Huesca, Arturo Notivoli, que lleva 22 años en el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil. De «absolutamente cruel» ha calificado la conducta que abocó a la muerte en masa a este rebaño propiedad de una cabrera de 47 años y situado en Calasanz, una pedanía de la localidad oscense de Peralta de la Sal.

Tras ser detenida e instruírsele las diligencias oportunas por estos hechos, la cabrera ha sido puesta en libertad a la espera de juicio. Y de ella seguirán dependiendo el puñado de cabras que sobrevivieron a la matanza por inanición, porque la Administración las ha dejado en esta granja. Eso sí, bajo la supervisión de las autoridades, que velarán por que los animales son atendidos correctamente a partir de ahora.

Tras el macabro hallazgo de este rebaño aniquilado, el Seprona indaga también en un episodio anterior con la misma cabrera como protagonista: el año pasado denunció que le habían desaparecido 200 cabras porque -dijo- se las habían robado. Ahora los agentes han puesto en tela de juicio aquella denuncia e indagan más, porque temen que hubiera podido ser una denuncia falsa y que, quizás, el destino real de esos animales hubiera sido otro, similar al que ahora se le ha descubierto.

Hace un año el Seprona de la Guardia Civil detectó otro caso similar en el rebaño de otro pastor de la provincia de Huesca. Aquel tuvo lugar en el pirenaico Valle de Ansó. Fue imputado un ganadero acusado de haber dejado morir de hambre a sus 300 ovejas.

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