Santiago Abascal: «No es normal que el PSOE pacte con Bildu y a Vox se le niegue hacerlo con el PP»

Sobre un posible apoyo a PP y Ciudadanos en la Comunidad de Madrid: «Evidentemente donde no cuenten con nosostros estaremos en la oposición»

Santiago Abascal posa para la entrevista de ABC Ignacio Gil / Vídeo: David Conde
Pedro García Cuartango

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Santiago Abascal , como él mismo explica, ha restringido su aparición en los medios. Haciendo una excepción, recibe a ABC en la nueva sede del partido para explicar la política de pactos y la estrategia de cara a la investidura de Pedro Sánchez. Fuera, Madrid arde a más de 40 grados. Responde directamente a todas las preguntas sin circunloquio alguno.

Después de haber logrado entrar en el Parlamento con 24 escaños, ¿ha perdido Vox impulso en las recientes elecciones municipales, autonómicas y europeas?

Realmente no esperábamos unos mejores resultados porque entendemos que VOX es visto y ha nacido como un partido de vocación nacional que responde a problemas como la unidad nacional, la articulación territorial, las libertades y no tanto a los debates que se pueden dar en los ámbitos locales. No esperábamos unos resultados mejores. Son satisfactorios porque no contábamos con apenas presupuesto para afrontar las nuevas elecciones y carecemos de la estructura territorial que tienen otros partidos. Sólo nos hemos podido presentar en un 10% de los municipios. En este contexto, y teniendo en cuenta la demonización que hemos sufrido, los resultados han sido un éxito.

¿Por qué Vox ha decidido promover una querella contra Zapatero por hechos que sucedieron hace más de diez años? ¿Puede prosperar?

Nosotros estamos cumpliendo con nuestra responsabilidad. La querella surge de que hemos conocido recientemente las actas de la negociación de aquel Gobierno con ETA. Eso nos ha animado a estudiar si se cometieron delitos al alertar a la banda de acciones policiales en suelo francés. Luego se produjo el atentado de la T-4 de Barajas. Entendemos que el expresidente podría haber incurrido en revelación de secretos, colaboración con banda armada y omisión de su deber de perseguir esos delitos. Los hechos son antiguos, pero tienen gran relevancia porque han contribuido a configurar el mapa político actual.

¿Qué opina de la entrevista realizada a Arnaldo Otegui en TVE?

Lo valoramos como una indignidad por parte de una televisión pública. No había ninguna obligación legal de entrevistarle, máxime teniendo en cuenta que está inhabilitado. Por tanto, hay muchas razones para no haberla realizado. Estamos particularmente enfadados con TVE porque se quiso utilizar a Vox para blanquear esa entrevista a Otegui al programar esa misma noche otra con Rocío Monasterio. La publicidad era conjunta y, por ello, Rocío decidió no acudir a esa cita. No quisimos dejarnos utilizar.

¿Cree usted que Vox está discriminado en los medios públicos?

Vox no se siente discriminado por los medios públicos. Lo que sí nos sentimos es bastante maltratados por los medios de comunicación. Han informado de forma retorcida sobre nosotros, el enfoque de las noticias nos ha hecho daño y han distorsionado nuestro mensaje, especialmente en lo relativo a las mujeres, los inmigrantes y los homosexuales. Vox respeta a esas personas y no ha formado un partido contra ellas por mucho que se afirme lo contrario.

«Entendemos que el expresidente Zapatero podría haber incurrido en revelación de secretos y colaboración con banda armadas»

¿Habrá finalmente un acuerdo en la comunidad de Madrid para un Gobierno apoyado por el PP, Ciudadanos y Vox?

No lo sé. Pero queremos denunciar la inaceptable injerencia extranjera en el proceso político español. Se ha tratado de asustar a Albert Rivera y ha colaborado en ello el presidente del Gobierno español en su reunión con Macron. Y no se ha producido una denuncia contundente y clara de otros. Ni siquiera por parte del PP. Esa presión nos parece inaceptable. Los españoles han votado democráticamente y, por eso, las fuerzas con representación parlamentaria tienen derecho a hablar entre ellas. No es normal que el PSOE pacte con Bildu y a Vox se le niegue la posibilidad de pactar con fuerzas como el PP.

¿Ha habido un endurecimiento de la posición de Vox en la negociación de esos pactos?

Lo que ha podido haber es algún matiz nuevo, pero yo no hablaría de endurecimiento. Lo que estamos haciendo es intentar dar voz a los casi tres millones de personas que nos han votado. No podemos admitir que se les ningunee. O que se insista en que tenemos la obligación de apoyar a otros dos partidos políticos sin obtener ninguna satisfacción. Se ha dicho que Vox quería una parte del pastel o unos sillones, pero nosotros lo que queremos son políticas concretas que respondan a las exigencias de quienes nos han votado. Lo que ha hecho Rocío Monasterio en Madrid es que nuestros principios puedan verse materializados en función de nuestra representación, que es pequeña.

Pero es clave…

Aunque sea determinante, nosotros no queremos ser un partido extorsionador como el PNV. Lo que queremos es que nuestras posiciones políticas se vean representadas en la medida que nos corresponde. No pretendemos condicionar la vida política nacional ni estar sobrerrepresentados en las instituciones. Lo que detectamos con preocupación es que existe una especie de «tricentrito», ya que están más de acuerdo PP, Ciudadanos y PSOE entre ellos que con nosotros. Hay un pacto natural, un consenso entre esos tres partidos, que podríamos calificar de socialdemócrata o del establishment, pero Vox está fuera.

Eso significa que Vox va a estar en la oposición donde no haya acuerdo con PP y Ciudadanos…

Evidentemente donde no cuenten con nosotros estaremos en la oposición. Desde luego, haciendo una oposición responsable.

El presidente de Vox Ignacio Gil

¿Va a apoyar Vox a la candidata del PP en la Comunidad de Madrid?

Quiero respetar la labor de nuestra comisión negociadora, que está haciendo su trabajo con una gran presión, fundamentalmente de los medios de comunicación próximos al centro derecha. Voy a respaldar lo que decida esa comisión. Lo que exigimos es respeto y consideración.

¿Qué va a pasar a nivel nacional? ¿Va a salir investido Pedro Sánchez en julio?

Mi impresión es que sí. Creo que se va a producir y que va a contar con los apoyos de la extrema izquierda que es Podemos y de las fuerzas separatistas. Hay un Frente Popular consolidado hace muchos años, que se inicia con el proceso de negociación con ETA y luego continúa con el acercamiento entre la izquierda y el separatismo catalán. Ese Frente Popular tiene algunas dificultades de gestión, pero está avanzando con claridad y no tengo dudas de que va a facilitar la investidura de Sánchez. Es necesario que esto lo vean con claridad los españoles para que sirva de vacuna y las cosas puedan cambiar en el plazo de dos o cuatro años. Nosotros no vamos a colaborar con nuestra abstención a blanquear a Sánchez ni a reforzar el mensaje de que puede gobernar mejor sin el apoyo de los grupos separatistas. Sánchez es un camaleón político, carece de principios y de escrúpulos. No queremos encumbrar por acción u omisión a un presidente de esta naturaleza.

¿Se ha sentido usted discriminado por el hecho de que Sánchez no le convocara al Palacio de la Moncloa?

Es una discriminación evidente que agradecemos. Sabemos a quién tenemos enfrente. Nosotros somos el partido más alejado de las posiciones socialistas. PP y Ciudadanos decidirán si se quieren abstener o no en la investidura. Nosotros vamos a ser consecuentes y a votar en contra.

¿Qué juicio le merece que el PSOE gobierne en Navarra con la abstención de Bildu?

Eso encaja en la estrategia de negociación entre el PSOE y los herederos de ETA, que siempre hemos denunciado. Lo que se pretende es un cambio de régimen que termine con la Monarquía y la soberanía nacional a través de un proceso de autodeterminación.

«No es normal que el PSOE pacte con Bildu y a Vox se le niegue la posibilidad de pactar con fuerzas como el PP»

¿Cómo son las relaciones con Ciudadanos?

A nivel nacional, prácticamente inexistentes. No son buenas. Y nos parece incomprensible. No entendemos por qué no existe una interlocución. O mejor, sí lo sabemos: se debe a la intromisión de Macron.

¿Cuáles son los aliados internacionales de Vox?

Ya hemos elegido grupo en el Parlamento Europeo. Y hemos optado por el grupo de los conservadores y reformistas, entre los que hay formaciones como el Partido Conservador británico y el partido que gobierna en Polonia.

Un tema por el que ha sido muy criticado Vox es el de la memoria histórica. ¿Cuál es su posición?

El concepto de memoria histórica debe ser derogado. A los españoles no se les puede imponer ninguna memoria. No tenemos derecho a dar una batalla cuando nuestros padres y abuelos se abrazaron y olvidaron. Tenemos que asumir nuestra historia con sus sombras y sus luces. No se pueden estar cambiando continuamente los nombres de las calles. Cada español debe ser libre de acercarse como quiera a nuestra historia reciente. Igual que hay en Madrid estatuas de Largo Caballero y de Indalecio Prieto, que participaron del golpe contra la República, tendría que haber otra del general Franco. Todo forma parte de nuestra historia. Hay que terminar con este debate.

Usted aparece últimamente muy poco en los medios y ha cedido el protagonismo a personas como Ortega Smith, Monasterio o Espinosa de los Monteros. ¿Por qué?

Es muy bueno que un proyecto político no sea personal. Una de las críticas que se ha hecho a Ciudadanos es la absoluta identificación con Albert Rivera. Eso no es bueno. Vox no es Santiago Abascal, son muchas personas que representan a casi tres millones de españoles.

Si usted tuviera una varita mágica y fuera presidente de Gobierno, ¿cuáles serían sus tareas más urgentes?

Lo más urgente sería restaurar el orden constitucional en Cataluña. En este asunto el Estado no puede escatimar esfuerzos ni recursos legales como la aplicación del artículo 155 de nuevo. Tiene que hacer lo que sea necesario. Y otro asunto prioritario es la restauración del protagonismo de las clases medias, de la libertad para emprender sin excesivas trabas y una rebaja fiscal. Y, por último, la adopción de políticas que ayuden a un repunte de la natalidad en España. Esas serían las tres prioridades más urgentes.

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