Rosalia Iglesias, el pasado viernes a su llegada a la Audiencia Nacional
Rosalia Iglesias, el pasado viernes a su llegada a la Audiencia Nacional - EFE

Rosalía Iglesias, el talón de Aquiles de Bárcenas

Hoy declara la esposa del extesorero, para la que la Fiscalía pide 24 años de cárcel

Madrid Actualizado: Guardar
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«Eso pertenece al ámbito privado», fue la respuesta de Luis Bárcenas a la última pregunta de la fiscal Concepción Sabadell sobre si Rosalía Iglesias estuvo en una reunión en Génova con Mariano Rajoy, para marcar hasta qué punto la mujer del extesorero conocía sus movimientos dentro del Partido Popular.

Hoy, en su turno ante el tribunal del caso Gürtel, explicará que no pisaba la sede del PP «prácticamente nunca», desde que fuera secretaria de Jorge Verstrynge, cuando el partido todavía se llamaba Alianza Popular y entró de refuerzo para las elecciones municipales de 1983 con veintitrés años.

Coincidió unos meses con Alberto Ruiz-Gallarón en la séptima planta, tras el cese por parte de Manuel Fraga de su mano derecha.

«Podía haberse quedado en el partido con su sueldo», recuerda el profesor de Ciencias Políticas. Lo siguió en su nueva aventura en Capitán Haya, sin cobrar nada, en un partido financiado por Mario Conde.

Después de casarse con Bárcenas, se dedicaría como hobby al mundo de la restauración de muebles. Había adquirido unos cuadros a la tía abuela de su marido, Teresa Novis, por los que suscribió un contrato de compraventa, del que está acusada por un ingreso en efectivo de 560.000 euros. Ante el juez Ruz, Iglesias ratificó que solo firmaba donde le marcaba y que nunca comprobó ninguna declaración de la Renta. «Tengo una relación de confianza total y absoluta… Si mi marido me dice que firme, tiene mi autorización», le explicaba unas horas antes de que decretara prisión provisional sin fianza para el extesorero.

Bárcenas no sólo llevó la contabilidad «extracontable» del PP, sino que también ocultó las cuentas suizas a su familia. «Mi mujer, gracias a dios, no me preguntó nada», rafiticaba a la fiscal. Él le entregaba una cantidad mensual en efectivo para la economía familiar. Los 19 meses que estuvo en Soto del Real, excepto las facturas urgentes de luz, agua y teléfono, todas las cartas del banco cerradas iban a una carpeta.

Rosalía es el talón de Aquiles de Bárcenas. Hasta el punto de que ambos piensan que los 24 años y un mes de prisión que le reclaman por varios delitos fiscales han sido una forma de presión. La excusa para asegurar que hay un pacto con el Partido Popular que niegan, «cuando ni se ha salvado Federico Trillo, quién coordinó las defensas de Gürtel».

Su energía es la fuerza oculta de Bárcenas, a pesar de que «hemos pasado por situaciones muy complicadas. ¿Qué más difícil que te estén apuntando con una pistola a tu hijo y a ti?».

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