El presidente del TEDH apoya a España frente al desafío soberanista: «Es una muralla contra la tiranía»

Raimondi destaca la conveniencia del Estado de Derecho a la hora de afrontar las crisis identitarias

Rivas (al fondo) y Raimondi, esta tarde en Madrid EFE

S.E.

El presidente del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), Guido Raimondi, ha dado su apoyo a implícito a España a la hora de afrontar cualquier desafío legal mediante el Estado de Derecho. Este respaldo se ha producido justo después de que el presidente del Tribunal Constitucional (TC) , Juan José González Rivas, haya calificado al Estado de Derecho como «una muralla que se levanta en el camino de la tiranía».

«Esta jurisprudencia (la del TEDH), y ahí estoy de acuerdo con lo que ha dicho el Presidente del Tribunal Constitucional, es más que un control estrictamente jurídico. Fijando los estándares mínimos de la protección de los derechos humanos en nuestro continente, esta jurisprudencia es en cierta forma la guardiana de la identidad europea. Una identidad basada en el Estado de Derecho, los derechos humanos y la democracia pluralista. En ese sentido se puede decir que ella es una muralla contra la tiranía », ha subrayado Raimondi, durante una de sus intervenciones en el III Seminario conjunto Tribunal Constitucional-Tribunal Supremo, en el marco de la conferencia magistral titulada «Multiculturalidad y margen de apreciación por las jurisdicciones nacionales».

El presidente del TC ha aprovechado la ocasión para referirse también a la «triple dimensión» que forman el principio democrático, la defensa de los derechos y libertades y la supremacía de la ley, como características básicas del Estado de Derecho. «Sin el imperio de la ley que caracteriza a Europa, no puede haber ni protección ni tampoco disfrute de derechos y libertades», ha añadido.

Además, ha reivindicado ante Raimondi el «indudable compromiso de España» con el sistema establecido por el Convenio de Roma y « la fortaleza y madurez de nuestro propio sistema democrático de garantía de derechos», que culmina el Tribunal Constitucional.

Las cifras dan prueba de ello, según González Rivas pues en torno al 18 por ciento de todas las sentencias emitidas por el Tribunal y más del 60 por ciento de las sentencias en materia de amparo contienen referencias europeas.

Tras la estela de Juncker

La Comisión Europea, a lo largo de estos meses de desafío soberanista, ha utilizado todo tipo de sutilezas para enviar el mensaje de que no aprecia las tendencias separatistas del nacionalismo catalán. Lo ha dicho con palabras amables, con gestos diplomáticos y con todo tipo de declaraciones, pero hasta ahora los destinatarios del mensaje no han querido oír nunca lo que les decían desde Bruselas.

Amén del discurso pronunciado en la ceremonia de los Premios Princesa de Asturias del pasado año, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker , hizo en octubre su enésimo intento de hacer entender que para el proyecto europeo la separación unilateral de una región española sería catastrófico y que desde las instituciones comunitarias no pueden esperar ningún tipo de aliento en sus planes.

En un discurso a jóvenes estudiantes de su país, Luxemburgo, Juncker aseguró que si Cataluña se convirtiera en un estado independiente de España, otras regiones europeas abrirían el mismo debate por encima de la legalidad, lo que acabaría destruyendo Europa. Además, también explicó que el Ejecutivo comunitario no puede actuar como mediador en esa extraña situación porque se crearía «más caos» en la Unión Europea.

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