Así son otros parlamentos europeos

La profunda renovación del Congreso en España no es equiparable a la registrada en los de otros países vecinos. Algo más en Alemania, y con Reino Unido manteniendo su esencia exclusiva

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  1. Reino Unido: la cuarta parte estudió

    Cámara de los Lores
    Cámara de los Lores - AP

    LUIS VENTOSO/Londres

    Un viejo refrán de la política inglesa decía que el diputado tipo es «male, pale and stale». Es decir: varón, pálido y viejo. En cierto modo el dicho sigue cumpliéndose. El prototipo de parlamentario tras los comicios del pasado mayo es un varón blanco de 51 años que ha ido a la universidad.

    Se percibe también que entre quienes llegan al Parlamento abundan más los que han tenido acceso a la educación exclusiva que en el conjunto de la sociedad. Un tercio de sus señorías se formaron en escuelas de pago, frente al 7% de la media nacional. Además la cuarta parte de los diputados han pasado por las aulas de lo que se conoce como Oxbridge (Oxford y Cambridge).

    De los 650 diputados, solo 41 son de minorías étnica (es decir, no blancos), pero al menos ya son más que en 2010, cuando se quedaron en 27. Las mujeres suponen el 29% de los Comunes, aunque en el laborismo suben al 41% y en el Partido Conservador bajan a una de cada cinco.

    De pasado laboral, hay menos políticos profesionales que en España: solo la cuarta parte carecen de otro oficio estable antes de la política. Son poquísimos los que saben qué es trabajar con las manos (3%), muchos menos que los que han ejercido en el mundo de las relaciones públicas (11%) o el periodismo (10%). El 25% de los diputados tories han trabajado en el sector financiero, frente a un 4% en la bancada laborista.

  2. Alemania: renovación e inmigración empiezan a dejarse notar

    Imagen del Bundestag
    Imagen del Bundestag - AFP

    ROSALÍA SÁNCHEZ/Berlín

    De los 630 diputados alemanes, 229 lo son en esta legislatura por primera vez, dato que da una idea del alto índice de renovación del Bundestag. En la CDU de Merkel hay 114 caras nuevas, 86 en el Partido Socialdemócrata (SPD), 18 en Die Grünen (Los Verdes) y once en Die Linke (La Izquierda). El mayor grupo profesional lo componen los abogados, funcionarios o empleados de la empresa privada con formación jurídica. Además hay 20 ingenieros, once profesionales de la agricultura y la ganadería, seis técnicos y dos obreros poco cualificados.

    La creciente inmigración comienza a reflejarse en los representantes parlamentarios. En el Bundestag hay esta legislatura por primera vez dos diputados de raza negra. Uno de ellos es Karamba Diaby, que llegó a Alemania como estudiante senegalés y vivió en carne propia la xenofobia violenta, obtuvo la nacionalidad alemana hace trece años y ocupa un escaño del SPD. El otro es Michel M. Huber, un antiguo artista de la televisión nacido hace 55 años en Múnich cuyo padre fue un diplomático senegalés. En el partido de Merkel, una mujer de 35 años de origen turco se ha convertido en la primera diputada musulmana, Cemile Giousouf. Nació en Leverkusen y su elección fue calificada como «histórica» por Kenan Kolat, el presidente de la Comunidad Turca de Alemania, que representa los intereses de unos tres millones de turcos.

  3. Francia: una Asamblea masculina y más preparada que la media

    Imagen de la Asamblea Nacional
    Imagen de la Asamblea Nacional - AFP

    J. P. QUIÑONERO/París

    Los 577 diputados electos en la Asamblea Nacional (AN) son el reflejo de una Francia profunda mucho más culta y próspera que la media nacional. Entre los diputados de todas las familias parlamentarias, de la extrema derecha a la extrema izquierda, se encuentra representada toda la sociedad francesa. En los escaños de la Asamblea Nacional hay altos funcionarios del Estado y destacados ejecutivos del sector privado, pero también se encuentran pensionistas jubilados, profesores, médicos, ingenieros, comerciantes y arquitectos, entre otros profesionales.

    Sin embargo, la Asamblea Nacional de Francia sigue siendo una cámara eminentemente masculina, ya que la mayoría de los diputados, 425, son hombres, mientras que sólo se sientan 151 mujeres en sus bancadas.

    La edad media también refleja la pirámide inversa de una población envejecida como es la francesa. Y es que de los 577 diputados, 263 tienen más de sesenta años y sólo 23 son menores de cuarenta años.

    En Francia tampoco es tan llamativa como en España la irrupción de «otros» partidos, de manera que el bipartidismo sigue sumando el 80,7 por ciento de los escaños, en concreto 466 diputados de los 577.

  4. Portugal: perfiles universitarios y más peso de ciertos apellidos

    Parlamento de Lisboa
    Parlamento de Lisboa - EFE

    FRANCISCO CHACÓN/Lisboa

    El espectáculo que dio el Congreso de los Diputados el día de su puesta en marcha en esta nueva legislatura no encuentra parangón en Portugal. Cierto que Podemos pidió el voto para el Bloco de Esquerda, pero este partido ya existía hace 16 años y no tiene una base social (ni estética) como la de la formación de Pablo Iglesias.

    Además, el Gobierno socialista de António Costa se distingue por un perfil de solidez universitaria en su composición. El ministro de Finanzas, Mário Centeno, obtuvo su doctorado en Harvard y el de Educación, Tiago Brandao, acredita un gran prestigio en el área de las investigaciones sobre el cáncer. Por su parte, Francisa van Dunem destaca como la primera ministra negra en la historia del país vecino desde que asumió recientemente la cartera de Justicia.

    Lo que sí se les achaca tanto al gabinete como a la bancada es el incremento de cargos avalados por un determinado apellido o por sus influencias. Por ejemplo, el ministro de Cultura, Joao Soares, es hijo de uno de los fundadores del Partido Socialista, el histórico Mário Soares (hoy con 91 años), y el secretario de Estado de Finanzas, Ricardo Mourinho Félix, es primo del exentrenador del Real Madrid.

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