«Nadie me ha ayudado a proteger a mi hijo», denuncia el padre del niño asesinado en Almería

Sergio Fernández relata episodios de acoso y persecución en coche de su exmujer desde que fue absuelto por cogerla del cuello

Bandera a media asta por el fallecimiento del niño EP

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Sergio Fernández, padre del niño asesinado por su madre en Almería la semana pasada, ha denunciado de forma pública que el crimen de su hijo se podría haber evitado. «Nadie me ha ayudado a proteger a mi hijo» , ha dicho en rueda de prensa acompañado de su abogada Antonia Castillo. Y ha relatado, como informó ABC, como recurrió en numerosas ocasiones a los Servicios Sociales de varias localidades, a la Guardia Civil, a la Policía Nacional, a la Local y al juzgado de guardia.

Fernández ha explicado que el acoso a él y a su familia y los problemas más graves para su hijo comenzaron el pasado abril, después de que él fuera absuelto (en febrero) de un delito de violencia de género por el que Ana María Baños lo había denunciado en 2017. «Denunció que yo había intentado envenenarla y no sé cuántas cosas más, pero al final me juzgaron por un episodio puntual. Dijo que la había agarrado del cuello y su padre testificó en falso». Le absolvieron pero no hubo consecuencias para su expareja.

El acoso arreció. Fernández ha contado que lo seguía en coche por toda Almería para que volviera con ella , dando vueltas con el niño durante horas; que lo esperaba a las once de la noche en el portal de su casa y cuando él llamaba a la Policía se marchaba.

La primera denuncia contra ella la presentó en junio. El Juzgado le comunicó que pedirían un informe a Servicios Sociales. Sigue sin tener noticias de ese procedimiento. «Yo llamaba a la Guardia Civil porque se subía a mi coche y se quedaba agarrada al volante o me abría la puerta, pero no tenía consecuencias». Sergio, que estuvo imputado más de un año aunque fue absuelto, tenía miedo de que Ana María le volviera a denunciar, por eso iba a recoger a su hijo acompañado por una tía suya.

Entre lágrimas ha contado que el pasado 25 de agosto, el pequeño se escondió en pijama debajo de la cama porque no quería irse con su madre (ella había estado ingresada en julio en Salud Mental). Se lo llevaron a la fuerza a la una y media de la madrugada. El 23 de septiembre su hijo le mandó unos audios pidiéndole ayuda, diciéndole que su madre le pegaba. Él acudió a la Guardia Civil y al juzgado de guardia. «Ninguno ha hecho nada para que mi hijo se salvara».

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