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Susana Díaz, ayer durante el cierre de su campaña de primarias en Trujillo (Cáceres) - EFE

Primarias PSOE 2017Díaz o Sánchez dirigirán un PSOE fracturado tras su choque frontal en las primarias

La principal baza del ex secretario general para superar a la presidenta andaluza es recabar el apoyo de Patxi López, el tercer candidato en liza

MADRID Actualizado: Guardar
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Susana Díaz o Pedro Sánchez. Uno de los dos será el próximo secretario general del PSOE. Los 187.949 militantes socialistas llamados a participar en estas primarias elegirán hoy a su nuevo líder, en una votación histórica, tanto por la atención mediática que ha tenido el proceso como por la elevada participación que se espera.

Hoy, al filo de la medianoche, el PSOE comenzará a dejar atrás la interinidad en que se sumió el pasado 1 de octubre. Aquel bronco Comité Federal fue una de las páginas más tristes de un partido histórico, que en este proceso ha empezado a escuchar advertencias respecto a su incierto destino. Ha sido una campaña que ha durado meses, en la que en el centro del debate han estado palabras como «desaparición», «suicidio» o «escisión».

Sobre todas esas consecuencias ha alertado Patxi López, el tercer candidato en liza. Sus opciones de victoria son prácticamente nulas. Pero su nombre va a ser imprescindible para entender lo que suceda esta noche.

Las primarias por la Secretaría General del PSOE han tenido en el centro del debate términos como «desaparición», «suicidio» o «escisión»

Y esto es lo que prevén las dos candidaturas favoritas. Que el apoyo de López se deshinche y que el fenómeno del voto útil engorde todavía más a Díaz y Sánchez. Esa es precisamente la principal baza del ex secretario general para superar a la presidenta de la Junta de Andalucía tras la recogida de avales en la que ambos midieron sus fuerzas y Díaz logró una ventaja de unos 6.000 apoyos frente a Sánchez (59.390 frente a 53.117). Patxi López logró 10.866.

El resultado emitirá una lectura inequívoca sobre el reparto de fuerzas en el partido. A partir de ahí se tendrá que empezar a construir un nuevo entendimiento. Y será en el 39º Congreso Federal (16 al 18 de junio) donde se resolverá la capacidad del nuevo líder para llevar a cabo la integración que todos han prometido. Los delegados tendrán que refrendar a la nueva Comisión Ejecutiva. Su composición será la primera gran prueba de fuego para testar si el partido empieza o no a cerrar sus heridas.

El PSOE de Díaz

Al PSOE de Susana Díaz se le presupone una mayor moderación. No tanto en las políticas económicas y sociales, ella ha gobernado tanto con Ciudadanos como con Izquierda Unida en función de sus necesidades, como por lo referente al modelo territorial.

Este debate ha marcado las primarias socialistas. Díaz defiende la Declaración de Granada que el PSOE aprobó en 2013 y apuesta por una reforma en la que se reconozcan «singularidades». Otra cosa será cómo sería recibido su liderazgo en el PSC. Su líder, Miquel Iceta, ha cumplido públicamente su compromiso de neutralidad, pero todo el partido está volcado con Sánchez en Cataluña.

Su relación con Podemos será otra clave importante. Su aversión a la figura de Pablo Iglesias es manifiesta. En los últimos días ha insistido en que no va a permitir «que nadie le diga al PSOE lo que tiene que hacer». En Andalucía pactó con Ciudadanos ante la imposibilidad de alcanzar acuerdos con Podemos. Lo cierto es que nunca ha llegado a decir que el PSOE no puede pactar con Podemos. No tendría mucha credibilidad hacerlo cuando los barones que la apoyan gobiernan sus regiones gracias a Podemos. Pero la base de su discurso es que el PSOE debe despejarse de ese marco y centrarse en pelear las elecciones al PP.

Respecto a la moción de censura contra Rajoy planteada por Iglesias, tanto Díaz como Sánchez la han rechazado. Y los dos han coincido en no descartar que en el futuro pueda ser el PSOE quien presente y lidere una iniciativa así.

El PSOE de Sánchez

Por su parte, la candidatura de Pedro Sánchez, hasta el final, y disputando el liderazgo a Susana Díaz es toda una sorpresa. Pocos esperaban una resurrección política así. Y ya nadie duda de que tiene opciones claras de recuperar su despacho en la calle Ferraz. Todo su nuevo relato político nace de su liderazgo perdido. La ausencia de un relato creíble que explicase que dimitió tras perder una votación o que el PSOE hiciese pedagogía respecto a la abstención le ha dado vía libre para armar su estrategia.

«Curar o cronificar ese mal llamado abstención». Eso es para Sánchez lo que está en juego. Con ese mensaje ha espoleado a buena parte de la militancia y ha construido una coraza que le protege de sus debilidades. Sus resultados electorales o sus cambios de criterio parecen no importar. Para muchos militantes socialistas la elección se lee en términos de emancipación o ruptura con la dirigencia del partido.

El modelo territorial ha sido una de las grandes diferencias: Díaz aboga por reconocer singularidades, Sánchez por la de «nación de naciones» o «naciones culturales»

En esta campaña de primarias su flanco más débil ha sido el modelo territorial. Desde que habló de que España era una nación de naciones hasta que intentó matizar hablando de naciones culturales. Ha perdido gran parte de su tiempo explicando por qué esta no fue su propuesta cuando lideró el partido. El PSC le prefiere a él en Ferraz.

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