El Gobierno espera que el pacto en Cataluña le permita afianzar la relación con ERC

Alivio e incertidumbre en el Gobierno tras el principio de acuerdo entre ERC y Junts

El Gobierno no deseaba una repetición electoral para intentar bajar las revoluciones del debate político y tratar de consolidar sus números en el Congreso de los Diputados.

La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero EP / Video: Montero espera que el nuevo Gobierno catalán "abandone la confrontación" - Atlas
Víctor Ruiz de Almirón

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El Gobierno respira aliviado tras conocerse el pacto entre ERC y Junts per Cataluña para evitar la repetición electoral en Cataluña. La resolución o no de esta negociación era el primer hito, el primer match ball, en la planificación de La Moncloa para poder consolidar un escenario de estabilidad que bajase las revoluciones políticas y no prolongase la excepcionalidad con unas nuevas elecciones .

Por eso las primeras reacciones por parte de miembros del Ejecutivo han sido positivas. La ministra portavoz, María Jesús Montero, ha reiterado que el Gobierno «tiende la mano para retomar la agenda». En este sentido, durante una entrevista radiofónica ha sido preguntada por la mesa de diálogo y ha recordado que el Ejecutivo «siempre ha estado dispuesto ». La portavoz ha confiado en que el nuevo Govern esté «en condiciones reales de establecer un diálogo y no dedicarse a la confrontación y el frentismo».

Por su parte, la ministra de Defensa, Margarita Robles, se mostró prudente al no ver «muy esperanzador» que el acuerdo se alumbre insistiendo en el objetivo independentista. Aunque se pone en valor el acuerdo, -«francamente ya era hora de que se llegara a un acuerdo»-, Robles desconfía de los planes del nuevo Govern: «Me genera una cierta preocupación, se están olvidando de lo que de verdad importa a los ciudadanos».

Respecto a la concesión de los indultos, tanto Robles como Montero han rechazado la idea de que la decisión esté ya tomada en aras de su concesión. Pero el Gobierno lleva meses allanando el camino para justificar esas medidas . Pero, de momento, el mensaje oficial es el de seguir esperando a que el Tribunal Supremo se pronuncie para que entonces y solo en ese momento el Gobierno pueda pronunciarse. Robles ha abogado hoy por abordar esa decisión de forma «individualizada». La concesión de los indultos y la reforma del Código Penal para rebajar las penas del delito de sedición, que el Ejecutivo ha paralizado pese a que contaba con aprobarla antes de que terminase 2020, son las dos bazas con las que el Gobierno puede aliviar la situación de los líderes independentistas en prisión.

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Nadia Calviño , más centrada en su ámbito económico ha considerado que lo importante es que el nuevo gobierno catalán «sea constructivo y cooperativo» para que pueda «trabajar con el Gobierno de España». El Gobierno quiere poner el foco en la recuperación económica post pandemia y anhela un escenario de bajas revoluciones políticas en la que su agenda legislativa sea la protagonista. Y, para esto, es fundamental que la conflictividad en Cataluña se estanque . Más aún en un momento en que los sondeos empiezan a certificar la pujanza del PP ya como primera fuerza.

Sin embargo, el escenario que se abre es más de incertidumbre que de esperanza. El convencimiento es que este pacto no será duradero y que, por tanto, no podrá hablarse de una legislatura normalizada. Altos cargos del Gobierno curtidos en la política catalana anticipan « una legislatura corta » que conduciría a nuevas elecciones. Y en ese escenario es una incógnita el papel que podrá desempeñar ERC en el Congreso , que es algo fundamental para los planes del Gobierno.

Tras la reunión de la Ejecutiva federal del PSOE, José Luis Ábalos ha expresado a la perfección ese sentimiento mixto. Por un lado se ha mostrado contrariado porque el pacto significa "una fórmula ya conocida", dejando claro que no ven con buenos ojos "que se siga insistiendo en una clave independentista". El secretario de Organización del PSOE ha manifestado que "la clave de priorizar el independentismo no nos parece lo más ajustado" a la realidad de Cataluña.

Ábalos ha celebrado, a falta de conocer los detalles, que en principio quede fuera del acuerdo la unidad de acción de ambos partidos en el Congreso de los Diputados. Ha considerado que es algo "absolutamente lógico, normal y legitimo que ningún pacto de gobierno presuponga despojar de la autonomía a los grupos parlamentarios correspondientes". "Es lo propio, no podría pensar en una opción distinta", ha dicho.

Esto es algo fundamental para el Gobierno que quiere retomar la comunicación con ERC como base de la legislatura. La nueva vicepresidenta, Yolanda Díaz, ya ha mantenido una reunión recientemente con el portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián. Con el objetivo de mejorar la relación entre los independentistas y Unidas Podemos, que no siempre ha sido la mejor. De hecho el grueso de los contactos clave siempre han sido PSOE-ERC. Ábalos ha defendido que "siempre hemos mantenido esa vía de dialogo con ERC", pero que el año de pandemia y la coyuntura electoral posterior se han constituido como "elementos que no permiten ese dialogo que teníamos con ERC". La formación de Govern cambia todo a ojos de los socialistas: "esperamos una situación de estabilidad propicia como para poder seguir manteniendo esos diálogos que ya teníamos en marcha".

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