Albert Rivera y Pablo iglesias durante su encuentro televisivo
Albert Rivera y Pablo iglesias durante su encuentro televisivo
debate

Rivera se impone en su primer cara a cara con Iglesias

Un debate en el que los dos discreparon pero en un perfil nada bronco y en el que el líder de Podemos llegó a bromear: «¡Cómo sigamos así nos presentamos juntos!»

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Albert Rivera y Pablo Iglesias han puesto patas arriba la política española. Aunque tradicionalmente los líderes de Ciudadanos y Podemos se intercambian críticas contundentes, esta noche, en su primer cara a cara en el programa de televisión «Salvados», los dos exhibieron una inusual sintonía en un debate planteado de manera informal y en el que los ambos dejaron patente un gran respeto personal.

Las relaciones con la banca y las grandes empresas tampoco supusieron un punto de fricción. El líder de Podemos reconoció que su formación se ha reunido con Bank of America y con otras empresas, aunque se apresuró a decir que él no había asistido personalmente. Rivera aprovechó la tesitura para reivindicar la normalidad de ese tipo de encuentros y criticar a Iglesias por haberle tachado de candidato del Ibex.

«Te lo he escuchado decir a ti. Un bulo repetido mil veces por una persona que me parece inteligente como tú».

Hasta en los desencuentros buscaron espacio para el agasaje. Las dos formaciones defienden que sus recetas son diferentes, pero que el diagnóstico de los problemas económicos e institucionales son parecidos. Iglesias evitó un ataque contra Rivera por esta cuestión, pero consideró que es evidente que el sector financiero estaría más contento con Rivera que con él. Y recordó el episodio en el que el presidente de Banco Sabadell dijo que hacía falta «un Podemos de derechas». A lo que el líder del partido naranja terció raudo: «Por suerte no somos ni de derechas ni de izquierdas». Y con habilidad volvió a criticar a Iglesias diciéndole que no le criticaba: «No voy a jugar a esto contigo. Yo no voy a decir que estás en Venezuela...».

Sí discreparon los dos en torno a la cuestión catalana. Dándose la paradoja de que el madrileño Iglesias se reafirmó en que debe haber un referéndum en Cataluña. «Si quieren votar, coño, votemos», pero aclarando siempre que él «no quiere» que Cataluña se vaya de España.

Pasaron los dos ciertos apuros cuando se les cuestionó por Juan Carlos Monedero y Jordi Cañas. Rivera defendió que el que fuera su mano derecha dimitió antes de ser imputado, y justificó, con algún apuro, que ahora sea asesor en el Parlamento Europeo, porque él puede determinar «la muerte política, pero no la muerte civil». Por su parte, el líder de Podemos reconoció que quizás «hubiese tenido que decirle a Juan Carlos» que tenía que hacer «esa declaración complementaria» a Hacienda.

Iglesias dijo que cerraría los CIES, Rivera que se aseguraría que se cumpliesen los Derechos Humanos. Asimismo coincidieron en que la Iglesia pague el IBI. Rivera dijo que también lo deben hacer los partidos, sindicatos y patronales. «¡Cómo sigamos así nos presentamos juntos!», bromeó Iglesias.

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