Claudio Moyano
Claudio Moyano
anécdotas históricas del congreso

El día en que en la Cámara se habló de amor

El Parlamento trató de la conveniencia del matrimonio de Alfonso XII con su prima María de las Mercedes

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Aunque la política parece tan ardua y en ocasiones tan fría y cerebral, lo cierto es que los grandes debates parlamentarios a menudo rezuman pasión, y en ocasiones, hasta se habla de amor en las Cámaras. Tal fue lo que ocurrió en enero de 1878, cuando las Cortes debatían sobre la conveniencia del matrimonio del rey Alfonso XII con su prima, María de las Mercedes.

El diputado Claudio Moyano estaba en contra de la boda, porque la novia era hija del duque de Montpensier, eterno candidato a ocupar el trono de España y al que se había apuntado como instigador y financiador del atentado que acabó con la vida de Prim.

Era el caso, relata Luis Carandell en su excelente libro «Se abre la sesión», que las Cortes debatían sobre este matrimonio y Cánovas contestó a los peros de Moyano con un bello alegato en el que defiende el derecho de los reyes a la felicidad: «¡Cómo! En los días actuales, con nuestras costumbres, con nuestras ideas que han penetrado en todas partes y hasta en las instituciones, cuando la afección, cuando el amor es la ley común en esos actos solemnísimos de la vida, ¿se pretenderá hacer tan triste y desolada excepción como ha hecho del rey el señor Moyano esta tarde?».

Siguiendo con la misma argumentación, insistió Cánova: «Porque tan duro ha sido en esto el señor Moyano que no ha hecho más excepción que la del rey, ni siquiera la del presidente del Consejo de Ministros. Gran belevolencia y gran concesión para un tan formidable oposicionista como su señoría es. Y diré para seguir en algo en el estilo al señor Moyano, que eso le faltaba al presidente del Consejo de Ministros, ¡tener sobre todos los demás trabajos, que nadie negará que tiene su posición, el que el señor Moyano, por ensalzarlos, los igualara al rey, en una tan triste obligación como la de no poder enamorarse!».

Ver los comentarios