Europa se fija en el modelo de primarias de EE.UU.
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Europa se fija en el modelo de primarias de EE.UU.

Los países europeos se adaptan poco a poco a la exigencia de democracia interna actual

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Los países europeos se adaptan poco a poco a la exigencia de democracia interna actual

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  1. Reino Unido, Francia e Italia, cada vez más transparentes

    efe

    Mientras que en Estados Unidos el proceso de primarias funciona con transparencia y una amplia repercusión mediática, los países europeos se han ido adaptando a la mayor exigencia de democracia interna poco a poco. En Francia, conservadores y socialistas comienzan a dejar atrás la tradición bonapartista del «líder carismático» con procesos apadrinados por Hollande y Sarkozy. Los partidos británicos eligen a sus líderes con una criba previa del grupo parlamentario después de sucesivas reformas en las últimas décadas. La izquierda italiana ha mejorado su imagen con la competencia interna, pero en las elecciones regionales ha habido fraude y sospechas de manipulación.

  2. Estados Unidos

    Barack Obama
    Barack Obama - reuters

    En Estados Unidos las primarias existen en un contexto de partidos políticos sin apenas estructura (no existe jerarquía interna: ni presidente ni secretario general, solo un administrador que no cuenta políticamente) ni vida propia (el único gran encuentro oficial como partido son las convenciones cada cuatro años para designar el candidato presidencial). Los partidos no elaboran listas electorales ni tienen disciplina de voto en las cámaras parlamentarias.

    Ese individualismo de la política estadounidense explica que cualquier persona que lo desee pueda aspirar a un puesto electivo: compite por lograr ser nombrado candidato oficial de uno u otro partido, sin necesidad incluso de pertenecer a ninguno de los dos. El hecho de que todas las elecciones sean unipersonales (por tanto no hay listas), con sistema mayoritario (el candidato más votado se lleva el puesto), fomenta la rivalidad individual propia de unas primarias.

    Es un sistema completamente abierto en el que muchos cargos públicos están sujetos a procesos electivos y estos a primarias, desde jefe de Policía en ayuntamientos (sheriff) a fiscal general en los estados, pasando por los gobernadores (a los que se vota directamente, como al presidente del país, sin ir acompañados de lista alguna). Las primarias que más atención ocupan en la opinión pública son las que los dos partidos realizan para seleccionar sus candidatos a la Casa Blanca. Un elemento fundamental de esas primarias es que no se celebran a la vez en todos los estados, sino que se prolongan a lo largo del tiempo. Eso permite al electorado ir conociendo mejor a los candidatos y a los candidatos ir sumando fondos en la medida que despuntan. Las primarias republicanas y demócratas suelen celebrarse en cada estado el mismo día. El algunos estados además de los afiliados del partido pueden participar independientes o incluso afiliados al otro.

  3. Reino Unido

    David Cameron
    David Cameron - reuters

    Los dos partidos británicos hegemónicos, el Conservador y el Laborista, eligen a sus líderes mediante los votos de sus militantes, pero con una criba previa del grupo parlamentario. Para competir en la fase final, donde votan ya las bases, los aspirantes deben obtener previamente el respaldo de al menos el 15% de los diputados de su partido. El sistema por tanto no es tan abierto como en Estados Unidos con su modelo de primarias, pero sí más participativo por ejemplo que el del PP.

    Tradicionalmente, el Partido Conservador elegía a sus líderes mediante conciliábulos entre sus primeras figuras. Aquellos cónclaves secretistas eran conocidos como “el círculo mágico”. En 1965 se vio ya que aquel método de chalaneo era poco presentable y se instauró la elección por votación por parte de los diputados, que encumbró a Edward Heath. Posteriormente, el modelo se retocó en 1975, 1989 y 1991. Hoy, tras la criba previa parlamentaria, votan todos los afiliados, cuyo número se ha reducido mucho. En los años cincuenta eran tres millones y a día de hoy son solo 150.000.

    Los finalistas conservadores hacen campaña durante dos meses e incluso hay debates televisados entre ellos. En 2005 David Cameron derrotó a David Davis por 134.446 votos frente a 64.398.

    Los laboristas contaban con un sistema en el que la elección final del líder, superada la criba previa del grupo parlamentario, se repartía entre tres cuerpos de votantes: un tercio para los diputados de los Comunes y del Parlamento Europeo, un tercio para los afiliados y el restante para los sindicatos afines. En febrero de 2014 se modificó y se instauró un sistema de un voto por afiliado, lo que obliga a los sindicalistas a ser militantes formales del partido si quieren participar. Los laboristas están inmersos en la campaña de elección del sustituto de Ed Miliband, que se conocerá en septiembre. Los favoritos son el templado Andy Burnham, que ya compitió sin éxito cuando ganó Miliband, y el radical Jeremy Corbyn, de un perfil más Syriza.

  4. Francia

    Fraçois Hollande
    Fraçois Hollande - afp

    Los grandes partidos han asumido definitivamente la convocatoria de elecciones primarias, destinadas a elegir el candidato de una familia política a la elección reina del sistema político nacional, la elección presidencial.

    François Hollande tuvo que ganar unas elecciones primaria entre varios candidatos socialistas, antes de ser elegido candidato oficial del PS a la presidencial de 2012.

    Nicolas Sarkozy ha decidido personalmente convocar las primarias que elegirán el candidato conservador de su partido, Los Republicanos (LR), a las presidenciales del 2017. Junto a él, otros tres candidatos, Alain Juppé, Bruno Le Maire y François Fillon hace meses que están en velada campaña de unas primarias conservadoras que no se convocarán antes de la primavera/verano del 2016, muchos meses antes de las presidenciales de la primavera del 2017. Estos tres rivales de Sarkozy, se consideran de muy distinto «tonelaje». Le Maire y Fillon son candidatos «testimoniales». Ninguno puede aspirar al liderazgo supremo. Pero sus votos puede ser influyentes a la hora del voto definitivo, entre Sarkozy y Juppé.

    Se trata de una novedad radical en la historia política de la V República, dominada, desde sus fuentes bautismales, por la tradición del «líder carismático», evidentemente bonapartista en la patria de Napoleón Bonaparte.

    A la izquierda, Hollande rompió la tradición que condujo a François Mitterrand al Elíseo en dos ocasiones.

    A la derecha, Sarkozy ha iniciado personalmente un proceso político sin precedentes en la historia de las familias políticasconservadoras, dominada desde hace décadas por el fantasma del general de Gaulle.

    Anunciando la convocatoria de las próximas elecciones primarias entre los distintos candidatos de su propio partido, LR, Sarkozy tomó una arriesgada decisión sin precedentes. Desde su derrota, en las presidenciales del 2012, Sarkozy ha caracoleado en los sondeos como el candidato «natural» de la derecha a las próximas presidenciales. Desde hace semanas, Sarkozy retrocede y Juppé crece, sin cesar. Según los tres últimos sondeos del semanario París-Match, una mayoría de simpatizantes dice «preferir» a Juppé como posible candidato a la candidatura conservadora. A un año corto de las primeras primarias conservadoras de la historia de Francia, se trata de estimaciones muy volátiles. Quizá significativas.

  5. Italia

    Matteo Renzi
    Matteo Renzi - afp

    Las elecciones primarias en Italia han sido símbolo de renovación en el centro izquierda en el ámbito nacional, pero en el regional ha habido fraudes y sospechas de manipulación. Mientras, en el centro-derecha el ex primer ministro Silvio Berlusconi, protagonista de la política italiana en las últimas dos décadas, nunca aceptó primarias y ha impedido la renovación.

    Las elecciones primarias en Italia son un instrumento político relativamente inmaduro, ya que han sido utilizadas de forma regular desde hace tan solo una decena de años. El principal promotor de las primarias fue Romano Prodi, elegido en 2005 candidato del centro izquierda a primer ministro. El proceso fue un éxito. Gracias a las primarias el Partido Democrático (PD) ha adquirido frescura juvenil con la elección de Matteo Renzi. En cambio, en algunas regiones como como Campania y Liguria, este sistema ha dado una imagen repugnante, típica de la vieja política italiana, con sospechas de fraudes y luchas terribles entre las diversas corrientes políticas.

    En el centro derecha, los partidos raramente han utilizado este instrumento político de selección de candidatos. El caso más llamativo ha sido la elección de Matteo Salvini como secretario de la Liga Norte, en 2013, en unas primarias reservadas solo a los inscritos al partido con al menos un año de militancia. Salvini pretende que todo el centro derecha celebre primarias para convertirse en el candidato a primer ministro y enfrentarse a Renzi. La pretensión de Salvini, radical opositor del euro, aterroriza a los seguidores de Forza Italia (FI). «¡No queremos primarias. No moriremos liguistas!». Este es el grito que más se oye en las últimas semanas en las filas de FI, la formación de Berlusconi, que durante veinte años ha gestionado el partido de forma autoritaria, sin ser capaz de preparar una sucesión a su liderazgo.

    Tras su corta experiencia, el sistema de elecciones primarias en Italia muestra ahora su debilidad, por una razón jurídica y otra política. La primera es que ninguna consulta se puede considerar democrática si antes de iniciarse no se fija quiénes tienen derecho a votar. La razón política es que, sobre todo en las regiones, si el partido está dividido en corrientes y grupos de poder, las primarias pueden empeorar las cosas y provocar una lucha salvaje por el poder.

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