Miembros de Podemos piden confluencia: «El debate se abrió con la decisión ya tomada»

Después de un reglamento de primarias contra el que se han rebelado ya más de 880 cargos y un método de elaboración del programa electoral en el que el aparato del partido tendrá la última palabra, Podemos vuelve a enfrentarse a su mayor fuente de conflicto interno: la forma en que se concurre a las elecciones generales y el fantasma de la unidad popular.

Para la dirección de Podemos, unidad popular es incluir a miembros y organizaciones de la sociedad en sus filas, pero siempre bajo sus siglas. Para otros grupos de izquierda -con una IU en sus horas más bajas a la cabeza- se trata de confluir hacia algo mayor, con nuevo nombre al estilo de las candidaturas municipalistas.

Pero en el propio seno de Podemos se repiten las voces críticas que cuestionan la decisión de la cúpula del partido; ya no solo por las siglas, sino porque se haya tomado sin consultar a las bases. No es de extrañar que al menos seis dirigentes regionales, un diputado autonómico y numerosos miembros del partido se hayan sumado a Ahora en Común, un movimiento ciudadano recién nacido pero con vocación de convertirse en otra piedra en el zapato de Iglesias.

Un portavoz de la plataforma insiste en que «no hay partidos detrás» y que son un «movimiento social por la confluencia», pero lo cierto es que entre los más de 10.000 firmantes -solo en las primeras 24 horas- hay cargos de IU, Equo, de candidaturas ciudadanas y del propio Podemos. Aunque de momento no son más que una «iniciativa ciudadana», el objetivo es crear una candidatura al estilo de Ahora Madrid y Barcelona en Comú para las generales.

¿Habrá una papeleta de Ahora en Común enfrentada a la de Podemos en los comicios? Para Diego Pacheco, miembro del Consejo Ciudadano de Podemos Comunidad de Madrid, sería «catastrófico». «El debate empezó con una decisión ya tomada; eso no es un debate sincero», se queja. «Nos hemos cerrado demasiado pronto y hemos parecido soberbios como partido». La iniciativa surge en un momento en que Iglesias ha cerrado totalmente la puerta a cualquier opción de confluir. Y sin consultar a las bases. «Ahora en Común nace con el sentimiento generalizado de que la discusión tiene que ser colectiva, que la protagonice la gente, y no en despachos», indica Pacheco.

La dirección de Podemos se enroca en pedir a quienes quieran aprovechar la fuerza del partido para las generales que se diluyan bajo sus siglas. De hecho, Iglesias ha presentado ya su lista para las primarias, que vendió como de «unidad popular» y en la que más del 84% son dirigentes del partido. Tras cerrarle la puerta a la propuesta de confluencia que le lanzó el candidato de IU, Alberto Garzón -«no nos encontrarán en un frente de izquierdas», dijo-, lo invitó a unirse a sus filas, opción que el de IU declinó. De hecho, ayer se mostró muy entusiasta con la iniciativa Ahora en Común, a la que aún no se ha sumado formalmente porque no quiere «obstaculizar» este proceso y quiere ver a dónde va.

Podemos hace oídos sordos

El secretario de relaciones con la sociedad civil de Podemos, Rafael Mayoral, ratificaba ayer en una entrevista a Efe el compromiso de la formación de concurrir a las generales con sus siglas. «La gente tiene claro que hoy hay una alternativa para que Rajoy se marche de La Moncloa y se llama Pablo Iglesias», indicó, desde el respeto a «las opiniones de todo el mundo».

Iglesias defiende que el «no» a una candidatura popular tiene un «enorme consenso en su partido», pero diversos sectores de Podemos lo cuestionan una y otra vez. Desde la nueva plataforma, un portavoz señaló que el hecho de que haya miembros de Podemos adheridos responde a un «conflicto interno» del partido de Iglesias que deberán resolver ellos. Mientras Ahora en Común habla de «sumar para multiplicar», Iglesias se empeña en absorber.