Cospedal, en el autobús de campaña entre Albacete y Cuenca
Cospedal, en el autobús de campaña entre Albacete y Cuenca - Ángel de Antonio
Un día con la candidata del PP en Castilla-La Mancha

Cospedal: «Va a haber mayorías más claras de lo que muchos creen»

ABC pasa un día de campaña con la candidata a revalidar una de las joyas de la Corona de Rajoy: Castilla-La Mancha. Dice que ganarán y «eso ya es un éxito»

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Hay muchos albaceteños escuchándola. Pero una pareja lo hace con especial emoción. Cómo emoción: con las lágrimas colgadas de sus ojos. Ella viste de verde y él con camisa clara. Desde la tribuna, su hija los acaba de citar a propósito de si los que nacieron después de 1978 están inhabilitados o no para casi todo: «Yo cuando necesito un consejo se lo pido a los que tienen más experiencia, a los más sabios. A mis padres, por ejemplo». Ella es María Dolores de Cospedal (Madrid, 1965), que ha pasado la noche en su casa familiar aprovechando que la campaña la traía este domingo 17 de mayo a Albacete.

Sobre la política que tengo delante -un autobús nos traslada de una punta a otra de Castilla-La Mancha- concurren circunstancias singulares: consiguió en 2011 torcerle el pulso a la hegemonía de izquierdas (dicen que casi biológica) de Castilla-La Mancha; fue la primera mujer en dirigir esa Comunidad y, por si fuera poco, también lo ha sido en asumir la Secretaría General del PP, en un periodo telúrico que ha traído a la superficie aguas estancadas que permanecían ocultas desde hace tiempo y nadie en veinte años había limpiado.

Es decir, en mayo de hace cuatro años y junto a otros compañeros, Cospedal extendió una mullida alfombra para que siete meses después Mariano Rajoy cosechara, en su tercer intento, la mayoría absoluta con la que flotar sobre los restos del naufragio de Zapatero.

Sin tanta incertidumbre

Pasados cuatro años, la cronología es la misma pero la vida ya no sigue igual. Ni mucho menos. También las autonómicas y municipales anteceden en siete meses a las generales, pero el viento ya no sopla a favor sino en contra y con rachas huracanadas. Una crisis brutal y la corrupción han azotado los cimientos de nuestro sistema y quieren cobrarse una víctima mayor: el bipartidismo que ha gobernado España desde los años 80. La candidata no está en absoluto de acuerdo con que la ingobernabilidad nos espere el próximo domingo tras la puerta:

-Es que no va a ser así. Primero creo que va a haber mayorías más claras de lo que muchos creen. No sé si mayorías absolutas, pero sí suficientes que van a dejar diáfano quién tiene que ser el partido de Gobierno. Creo que no va a haber tanta incertidumbre como algunos avanzan.

Cospedal es de los pocos aspirantes a la reválida que no desayuna sapos y culebras con el café cada vez que amanece una encuesta en la Prensa. En la que publicaba ayer ABC, resistía con 16-17 escaños, frisando la mayoría absoluta. Sin embargo, su doble condición de candidata y subjefa del PP no le permiten mantenerse ajena a los CIS de turno que nublan la calle de Génova.

-Mire, yo creo que una cosa es contestar a una encuesta con carácter hipotético y con unas elecciones que no se ven muy cercanas y otra emitir el voto por un alcalde o presidente autonómico concreto, que son figuras mucho más próximas para el ciudadano por su propia naturaleza. Hay opciones políticas que da lo mismo que se presenten en Canarias o en Toledo porque dicen lo mismo en todas partes. No tienen propuestas concretas. Tienen un líder y nada más.

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No lo menciona pero Ciudadanos acaba de aparecer en la conversación. Dice que no le tiene miedo. Y que tampoco rehúye hablar del partido de Albert Rivera: «Mis potenciales votantes tienen que saber que yo no soy lo mismo que Ciudadanos y que no pienso lo mismo que ellos». Una de las polémicas reflexiones de su líder sobre la incapacidad de los mayores de 37 años para pilotar la nueva España es sometida a examen.

-Usted nació antes de 1978...

-Sí, claro.

-¿Se siente inhabilitada para participar en la regeneración de España?

-Yo por las tonterías de otros no me siento inhabilitada.

El domingo lo ha troceado en pedazos bien pequeños, como si fuera una barra de pan: amaneció en Albacete, nos dirigimos con la caravana electoral a El Provencio (Cuenca); después vendrán Las Pedroñeras (Cuenca) y su romería de San Isidro; para recalar en Herencia (Ciudad Real), Madridejos (Toledo) y parada para dormir en Guadalajara. Cuenta con pesar que no le compensa pernoctar en su casa porque los horarios infantiles no le permitirían ver despierta a su familia, así que prefiere hacer noche fuera. No faltan alpargatas de repuesto en una bolsa para caminar más cómoda hasta la ermita de San Isidro, en El Provencio. Casi la casa a cuestas desde hace diez días que comenzó la campaña que puede cambiar a España peligrosamente.

Las cinco provincias que recorre Cospedal en un solo día la reciben con un calor espeso que bien podría ser un trasunto del que recorrre el país a menos de una semana de la cita electoral. Su principal rival, el socialista Emiliano Garcia-Page, ahijado de José Bono, no logra pisarle los talones en los sondeos y ni siquiera la suma con Podemos (una fuerza sin fuelle en esta región) alcanza una mayoría inquietante para la interlocutora de ABC. No obstante, la número 2 de Rajoy no cita en el mitin a los socialistas. Son «los otros». Los que le dejaron, recuerda, una deuda en la sanidad pública de 5.500 millones de euros. De «los otros», a los que desalojó del Gobierno autonómico tras 28 años de poder omnímodo, echa de menos algo.

-Tenga en cuenta que el PSOE es un partido que ha dejado de parecer de gobierno por las propuestas que hace y porque se ha olvidado del sentido de la responsabilidad con su país, que sí tuvo hace años.

La parálisis en Andalucía

Aunque toca hablar de Castilla-La Mancha, en una Comunidad vecina -Andalucía- el reloj se paró el pasado 22 de marzo, cuando la presidenta Susana Díaz adelantó las elecciones, y tres votaciones después la región sigue sin Ejecutivo y hasta costó decidir la composición de la Mesa del Parlamento.

- La señora Díaz tiene una tremenda responsabilidad. Convocó elecciones por su interés partidista y personal e hizo una jugada que le salió mal. Pensó que iba a ser una jugada maestra. La sensación que da es que pretende que todos la apoyen sin ceder nada y exige a los demás que hagan lo que ella dice. Ahora es un asunto que tiene que resolver ella y no situar el problema en el tejado de los demás.

Populismos en toda Europa

No es momento de pruebas, repite ante los simpatizantes que han acudido a verla. Ni con gaseosa, añade. Por eso, se duele de que la llegada de los partidos emergentes se haya producido cuando, según sostiene, «la recuperación ya está aquí y se crea empleo. Han llegado cuando lo difícil está hecho». Cuenta cómo un día antes un señor le había pedido la palabra en un mitin y que tras escucharle «aprendí muchas cosas. De personas así aprendo todos los días». A muchos de ellos, reconoce, el mensaje de los nuevos partidos les ha podido convencer en los últimos meses porque son las «opciones del rechazo a lo establecido».

-¿Entonces considera inevitable que la corrupción y la crisis hayan despertado a estos partidos y les haya otorgado la fuerza que parece que tienen?

-Es que en una situación así es lógico que aparezcan nueva opciones. Sobre todo cuando en un contexto como el que hemos vivido se han tenido que tomar muchas medidas impopulares, decisiones muy difíciles para arreglar las cosas. Y surgen en España y en toda Europa, con independencia de que sus gobiernos lo hagan bien o mal.

A punto de llegar a una comida con militantes en la cuna del ajo, Las Pedroñeras, Cospedal echa la vista atrás:

-Lo importante para mi partido es ganar las elecciones, claro que sí. A ver si vamos a vivir en un país donde se reconocen a todos cuando ganan menos al PP. Yo le recuerdo a usted que quitando las elecciones de 2011, todas las municipales se han ganado por un punto arriba o un punto abajo. Por supuesto que, con las decisiones que hemos tenido que tomar, ser el partido más votado es un éxito.

El almuerzo rápido en un salón de bodas y bautizos espera. Solo unas horas después (hoy para el lector) en Toledo la presidenta castellano-manchega será anfitriona de José María Aznar que también arrima el hombro en tiempos convulsos.

-¿Perderán Madrid?

-No. Ganaremos.

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