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¿Por qué no coinciden Rajoy y Aznar en los mítines de la campaña del PP?

El expresidente participa en cinco actos electorales ante el 24-M, pero su campaña no se cruzará ni una sola vez con la de Rajoy

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José María Aznar será el protagonista este domingo en el «gran mitin fiesta popular» que ha organizado el PP en Madrid, para apoyar a las candidatas Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes. En la publicidad del acto aparece un Aznar sonriente entre Aguirre y Cifuentes... Ni rastro de Mariano Rajoy. ¿Por qué no está el presidente del PP? ¿Por qué no va a coincidir en ningún acto electoral con Aznar? La respuesta oficial del PP es tajante: «Hay que repartir esfuerzos». La explicación oficiosa es otra: ambos se dirigen a sectores diferentes del electorado, y conviene que hagan campaña por separado, porque el efecto es mayor.

Aznar está teniendo un papel muy activo en esta campaña electoral. Se estrenó el pasado martes en Zaragoza, con un mitin junto a Luisa Fernanda Rudi, en una sala del Auditorio que se quedó pequeña ante la afluencia del público que acudió a escuchar al presidente de honor del PP.

Aznar participó en otro mitin en Logroño, también en Ávila, este domingo lo va a hacer en Madrid y este lunes, en Toledo. Luego viajará a Estados Unidos y no volverá ya hasta las elecciones. Entre medias acudió al Ayuntamiento de Madrid el 15 de mayo, para estar junto a su esposa, Ana Botella, en su despedida como alcaldesa de la villa.

En sus discursos, Aznar se está dirigiendo a un sector muy concreto del electorado: el votante más tradicional del PP, descontento con el partido en los últimos años, que se ha distanciado de él y se encuentra ahora en la indecisión o bien ha decidido cambiar de aires y mirar a otras formaciones, como Ciudadanos, molesto con el Gobierno de Rajoy por múltiples razones: el desgaste de la crisis, el incumplimiento de promesas electorales, los casos de corrupción...

«Volved a casa», les pidió Aznar en su mitin de Zaragoza. Se dirigió a los descontentos del PP, les ofreció un nuevo contrato, les pidió confianza para sacar España adelante y, sobre todo, les advirtió de los «vende humos» y los populistas.

Mientras Aznar se dirigía a ese votante descontento del PP, al indignado popular, al molesto con Rajoy, el presidente del Gobierno «vendía» su balance económico positivo en sus mítines, la recuperación económica, la creación de empleo, la bajada de impuestos... Rajoy quería afianzar al votante fiel del PP, y trataba de convencer al elector más «racional», al que le valen los datos económicos para decidir su voto y volver a confiar en él frente a las «aventuras» que ofrecen otros.

Rajoy y Aznar se complementan así en la campaña electoral del PP, en una estrategia diseñada en Génova para abarcar al máximo electorado posible, y que incluya a los descontentos que, de momento, siguen mirando con recelo al presidente del Gobierno, pero sí están dispuestos a escuchar a Aznar.

A estos motivos estratégicos de campaña dentro del partido hay que añadir otro, que también influye, como es el distanciamiento evidente que se ha producido entre Aznar y Rajoy, y que se ha acentuado en los últimos años, aunque en los equipos de ambos dirigentes políticos aseguran que se llevan bastante mejor de lo que se dice. Lo cierto es que no coinciden en un mitin de campaña desde el año 2008. En las intervenciones públicas de Aznar no suelen faltar pullas significativas al Gobierno de Rajoy. Se pudo comprobar, por ejemplo, en Zaragoza, en su primer mitin de esta campaña, cuando advirtió incluso de los goles en propia meta del Ejecutivo.

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