«No nos dan ningún papel»

Los agentes describieron con detalle a preguntas del juez, de la Fiscalía y de las acusaciones -ejercidas por tres ONG- cómo es el procedimiento de devolución a Marruecos a través del entrevallado y de las puertas situadas en varios extremos de cada una de las alambradas. Reiteraron que su cometido es vigilar la frontera, «no dejar que pasen a las bravas», una forma de actuar que se repite siempre. El instructor Emilio Lamo de Espinosa no comparte ese criterio, de ahí que imputara el pasado septiembre al coronel jefe de Melilla, Ambrosio Martín Villaseñor por prevaricación.

El juez insistió, en el caso concreto por el que se les imputa a ocho agentes trato degradante a un maliense, en que no parecía que este hombre les hiciera «mucha resistencia».

A su juicio «simplemente se dejaba caer a plomo», le espetó con un asomo de ironía a uno de los guardias imputados mientras le mostraba en Sala las imágenes grabadas por Prodein. «Mire, señoría. En el vídeo no se aprecia, pero la realidad es distinta».

La Audiencia de Málaga ha quitado la razón al juez. Considera que la Guardia Civil no prevarica cumpliendo con su trabajo y que el «concepto operativo» que marca su actuación en el vallado fronterizo «viene siendo utilizado por el Gobierno español prácticamente desde la misma construcción de la valla» en el año 1998. Básicamente, esa fue la explicación que dieron uno tras otro los agentes que comparecieron a finales de marzo. Ocho continúan imputados.