Silencio, miedo y ansias de normalidad tras la tragedia entre los pasajeros del vuelo Barcelona-Düsseldorf un día después

El temor y la aprensión invadían esta mañana a los pasajeros del vuelo 9441 de GermanWings, que conecta el aeropuerto barcelonés de El Prat con Düsseldorf un día después de que otra aeronave de la misma compañía se estrellara realizando idéntico recorrido. El aeropuerto de la ciudad alemana era el reflejo de la conmoción por la catástrofe aérea, pero también de las ansias de normalidad de los pasajeros llegados desde Barcelona.

Los pasajeros no podían ocultar sus temores ante el hecho de volar 24 horas después del accidente siguiendo el mismo trayecto y, en este sentido, algunos se habían planteado incluso cambiar su itinerario. «Me he planteado ir a Polonia», decía una de las pasajeras, Montse Ferrer, mientras que otra pasajera a punto de embarcar hacia Düsseldorf, Gemma Marsal, señalaba que es «una sensación extraña coger el mismo vuelo un día después».

«Estaba deseando que cerraran el vuelo e irme a casa. Ahora, a ser fuerte y aguantar», contaba Javier Madina en la puerta de embarque.

El vuelo partía a las 09:45 horas, diez minutos más tarde del horario inicial, desde de la terminal T2B del aeropuerto de Barcelona. Los pasajeros indicaban a los medios de comunicación que ayer recibieron un correo electrónico de Germanwings que les informaba del cambio de número del vuelo, que pasaba a ser el 9441, en vez del 9225, algo habitual por parte de las aerolíneas para evitar supersticiones después de alguna catástrofe o problema.

La terminal de despegues del aeropuerto de Düsseldorf ha sido escenario de un impresionante minuto de silencio por parte del personal de Lufthansa y Germanwings mientras, en la planta inferior, la de aterrizajes, llegaban los pasajeros procedentes de Barcelona, después de que el aparato de la aerolínea de bajo coste tomara tierra con algunos minutos de antelación sobre el horario previsto, las 10.55 GMT.

«Ha sido un vuelo tranquilo. Ninguna referencia, ni por parte de la tripulación ni de otros pasajeros. Se notaba algo, claro está. Pero creo que todos tratamos de llevarlo bien», explicaba a Efe Mario Rufarte, de 24 años y originario de la región española de Vall d'Aran. Con una única maleta de equipaje, el joven llegó solo dispuesto a pasar una semana de vacaciones, en medio de un cierto revuelo de medios presentes en el aeropuerto.

«No, no pensamos en cancelar. Pocos dejan la motocicleta en casa por mucho que todos los días haya accidentes de moto. Volar es más seguro que ir en moto», apuntaba Gisela Finkel, de 68 años y residente en Duisburg, ciudad vecina de Düsseldorf.

Germanwings ha cancelado 30 vuelos en las últimas horas por falta de personal, ya que algunos tripulantes se han negado a volar tras el accidente de ayer, en el que fallecieron 150 personas. «Entendemos su decisión», ha dicho al respecto el portaxoz de la aerolínea de bajo coste, Thomas Winkelmann. Es por ello por lo que la aerolínea alemana Lufthansa operará hoy sus vuelos con normalidad e intentará asumir el máximo número de rutas posibles canceladas de su filial Germanwings.

Por otra parte, el comité de crisis está reunido hoy en el aeropuerto de Barcelona pero con una función meramente «operativa», han informado a Efe fuentes de Aena. Según estas fuentes, el comité está integrado hoy por la directora del aeropuerto, Sonia Corrochano, así como por representantes de la Policía Nacional, Mossos d'Esquadra, Guardia Civil, de la aerolínea Germanwings y de las compañías de 'handling'.

Su función hoy es «coordinar el trabajo para que Germanwings opere con la máxima normalidad posible», han añadido estas fuentes.